Opinión

La gente de Torrero

La gente de Torrero no se rinde. La gente de Torrero valora las pocas cosas que tiene porque siempre han estado allí, acompañando su vida de gente sencilla y trabajadora. Torrero Venecia tiene dos tesoros que no tienen los demás barrios de la ciudad: el Canal Imperial de Aragón, con su Fuente de los Incrédulos, llamada así porque nadie se creía que el ilustrado Ramón de Pignatelli lograría la proeza de traer el agua a Zaragoza (y lo hizo, ¡vaya si lo hizo!).

El otro tesoro que tiene el barrio son los pinares de Venecia; el pulmón más grande de la ciudad. Dicen que los pinos alargan la vida de los que por allí viven. Son una magnífica barrera contra la contaminación y la polución. Se respiran bien cuando hay cientos, miles de pinos alrededor; aunque sus detractores dicen que están viejos, enfermos y abandonados. Dicen que es mejor talarlos para construir viales y más cemento que faciliten la diversión de otro gran espectáculo de agua, sonido y luces, muchas luces, con el fin de ampliar el Parque de Atracciones de ahí arriba.

Los mal pensados intuyen, sospechan, que la operación en manos totalmente privadas encubre proyectar un segundo Puerto Venecia, con un gran parque acuático. Como es lógico pensar, quieren unir el magnífico centro comercial con el Parque de Atracciones engrandecido y publicitado de cara al turismo que visite la ciudad como la segunda o tercera maravilla de Europa, después de Disneylandia. Y para este plan se preparan a sacrificar miles de pinos centenarios que conforman la alfombra verde de la ciudad, además llevar miles de litros de agua a unos montes de secano.

La gente de Torrero, con sus viejas y nuevas generaciones de vecinos unidas, no se fía un pelo de las débiles y retorcidas declaraciones que hasta ahora han hecho desde el Ayuntamiento, forzado por las circunstancias. Causa miedo o risa escuchar al concejal de Urbanismo decir en un encuentro con los vecinos que «no va a haber una tala masiva de árboles...». Oiga, señor, perdone, pero usted al soltar esta frase ya está reconociendo implícitamente que ya habrá tala de árboles, aunque no será masiva. ¿Y de cuántos pinos estamos hablando?, ¿de cinco, cien, miles...? Hay que tener mucho cuidado con las palabras cuando se esconde la verdad, porque «masiva» es un término peligroso.

Tampoco es aconsejable hablar con desprecio de que hay pinos que están viejos, enfermos o abandonados para justificar una barbaridad ecológica y urbanística. Porque desde el año 2005 el Ayuntamiento de Zaragoza es el organismo responsable de los pinares de los montes de Torrero; por tanto, es el responsable de su cuidado, mantenimiento y protección para el disfrute de las generaciones presentes y futuras. Conviene leer más, tener información necesaria para abordar, a las bravas, una modificación del Plan General de Urbanismo de la ciudad por un capricho de falsa modernidad, copiando lo que hacen en otras grandes urbes con muchísimo más presupuesto y con otra escala.

Esta zona de la ciudad se está convirtiendo en una pequeña milla de oro buscada por jóvenes parejas para vivir y criar a sus hijos sin el ruido y saturación de otros barrios o zonas más céntricas. La gente de Torrero no tiene tranvía, pero sí disfrutamos de una red de transporte público que nos permite movernos por la ciudad. Y tenemos la esperanza de que la flota se vaya renovando con más buses eléctricos y modernos que nos alegren la vida y faciliten la movilidad. En esta zona somos privilegiados al contar con zonas verdes que siempre han estado aquí, como el Parque Grande José Antonio Labordeta y el Parque Pignatelli. Y los pinos que forman parte nuestra vida, para los que pedimos que se invierta más en su cuidado y mantenimiento y lucimiento. Ya que ésta es su obligación.

La gente de Torrero vamos a seguir defendiendo lo nuestro, porque es público, es de todos. Y vamos a seguir denunciando los caprichos de los inversores privados que saben envolver muy bien (en paquetes de regalo) sus pretensiones a un Ayuntamiento fascinado con los macroproyectos, que, primero salen muy caros al bolsillo de los contribuyentes, y no son en absoluto necesarios para el desarrollo de la ciudad.

Natalia Chueca ya ha tenido la primera gran manifestación en contra de su política de adornos y tala de pinos anunciada, con miles de vecinos de todos los barrios en las calles gritando su nombre. Es la primera política con este honor

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents