Opinión

Zaragoza

Pagar o no pagar, esa es la cuestión

Cheste y Mazón se han adelantado a Motorland y Azcón para firmar con Dorna una continuidad en MotoGP hasta 2031 que ya cuesta más de 14,5 millones al año de dinero público.

Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, y el valenciano Carlos Mazón, en la firma en Cheste esta semana.

Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna, y el valenciano Carlos Mazón, en la firma en Cheste esta semana. / Biel Aliño / Efe

Me parece muy extraña la aparente tranquilidad con la que Aragón está digiriendo cada golpe que recibe Motorland por parte de MotoGP y Dorna, o de su 'jefazo', Carmelo Ezpeleta, que parecen estar mandando a Motorland camino de los boxes para los próximos años. Es verdad que esto de la digestión siempre es algo muy personal, a prueba de ardores, reflujos o amplias tragaderas y fácil tránsito intestinal.

El caso es que esta semana el circuito valenciano de Cheste acogía la firma del presidente Carlos Mazón junto a los que mandan en esto. Podría haber sido en El Ventorro, perfectamente, o igual allí fue donde se decidió que esa foto le valdría a los valencianos 80 millones de euros para tener cinco años más de motos en el Ricardo Tormo. Lo cierto es que el de la Generalitat le ha adelantado por la izquierda o por la derecha al del Pignatelli arrancándole todas las pegatinas del carenado.

Pero no parece estar inquietando absolutamente a nadie en el Gobierno de Aragón. Para ser el de Motorland un proyecto estratégico de la comunidad –más del pasado y de otros partidos, como el PAR, que del presente y del PP–, no parece preocupar a casi nadie. Cataluña ya tiene MotoGP en Montmeló hasta 2031, a cambio de otra millonada, y Valencia el suyo hasta ese mismo año, lo que deja la hipotética última plaza a una especie de lucha fratricida entre el andaluz de Jerez, la 'catedral' del motociclismo en España, y el aragonés de Alcañiz, si no es la pista portuguesa de Portimao la que al final se lleva el gato al agua y deja a España con solo dos pruebas del Mundial. En caso de caer, se sumaría a un listado de pistas españolas que se impulsaron para serlo todo a base de una morterada de millones y acabaron compuestos y sin Mundial al cabo de unos años. 

Quizá Aragón esté abriendo un melón que para muchos era necesario desde hace tiempo. Tener MotoGP en Motorland necesitaba de un pago de 8 millones al año al señor Ezpeleta, luego permanecer subió a 12 y ahora, a la vista de las cifras de Dorna en Cheste, ya está en más de 14,5 millones por temporada. ¿Cómo se puede negociar con alguien que cambia de precio con tanta facilidad? Es un lo coges o lo dejas constante, un escaparate con 22 caramelos, uno por prueba del Mundial, que se los llevará el mejor postor.

No busquemos ninguna explicación romántica en la elección de Dorna, que ha abierto gas y quiere cerrar su calendario con una vuelta rápida por las arcas públicas que sostienen este sueño de seguir en su Mundial. Pagar o no pagar, esa es la cuestión.

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