Opinión
La era Trump desnuda a Vox
La llegada de los populismos es el principal cáncer al que se enfrenta Europa y España, pero las políticas del presidente de Estados Unidos pueden ser el mejor antídoto

Trump sosteniendo el cartel de los aranceles durante su discurso. / KENT NISHIMURA / POOL / EFE
La realidad supera en demasiadas ocasiones la ficción. Esta es una de las frases a la que más recurrimos cuando asistimos a un hecho inesperado e inimaginable. No es tan descabellado, por tanto, entender por qué muchos de los guiones cinematográficos de los últimos años se basan en historias reales. Hace tan solo un año, nadie podía concebir que el mundo iba a asistir a una guerra comercial como la que se ha desatado esta misma semana después de que Donald Trump decidiera imponer aranceles a un total de 185 países de todos los continentes, incluídos los mayores socios comerciales de Estados Unidos. Esta es, a día de hoy, la realidad, aunque el guion todavía esta por escribir.
Trump decretó el miércoles nuevos aranceles a las importaciones de productos y abrió la caja de los truenos. La decisión traerá consigo importantes turbulencias a escala global, pero también puede suponer un cambio de paradigma en la geopolítica mundial, con todo lo que ello implica. Milton Friedman, Premio Nobel de Economía en 1976 y uno de los principales referentes del liberalismo aseguró en su día que "la Gran Depresión, como la mayoría de los otros periodos de desempleo severo, fue producto de la mala gestión gubernamental más de que una inestabilidad inherente a la economía privada”. Resuta muy probable que Trump no haya leído a Friedman, pero quizá hubiera sido conveniente, no solo para él sino para el resto del mundo.
El nuevo escenario al que aboca el presidente de Estados Unidos es imprevisible y, por tanto, inseguro, incierto y también inestable, algo que ya se ha dejado sentir a escala global y en los principales parqués. El pánico bursátil del pasado viernes es solo un anticipo de lo que está por venir, lo que obliga a la Unión Europea a cerrar filas y buscar una unidad necesaria para hacer frente a un ataque irracional, desproporcionado y suicida, ya que los norteamericanos también sufrirán sus consecuencias más pronto que tarde.
Desde el punto de vista estratégico, la Unión Europea ha de dar una respuesta inteligente y contundente a los aranceles de Trump, pero sobre todo ha de aprovechar este desafío para rearmarse, no solo desde el punto de vista militar sino también desde una perpectiva comercial y moral. La partida no está perdida y puede ser que, si se juega con audacia, provoque un efecto boomerang que devuelva el sentido común a un escenario global que navega sin rumbo. La llegada de los populismos es el principal cáncer al que se enfrenta Europa y España, y la llegada de Trump al poder puede ser, a medio y largo plazo, la mejor cura. Porque, en definitiva, la política de Trump está comenzando a desnudar a partidos como Vox, que beben del líder republicano y que presumen de patriotismo pero son incapaces de criticar unos aranceles tan injustos como irracionales.
Europa ha de dar una respuesta inteligente y contundente a los aranceles, pero también ha de aprovechar este desafío para rearmarse comercial y moralmente
La política, la economía y la sociedad, en general, han de estar más alineados que nunca, tanto en Europa como en España, pero también en Aragón. Blanquear este tipo de políticos, de políticas y de partidos es un error de consecuencias dramáticas. Quizá sea el momento de darse cuenta y actuar en consecuencia. Fuera caretas. Negar la realidad y construir una nueva sin ningún argumento creíble es y será un engaño, pero caer en él resulta imperdonable.
Las alianzas estratégicas serán, a partir de ahora, más devisivas que nunca. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viaja la próxima semana a China en un momento trascendental y con importantes acuerdos debajo del brazo, algunos de los cuales pueden beneficiar (y mucho) a Aragón. El viaje puede marcar un punto de inflexión para España, pero también para la comunidad, que ha de trazar un plan conjunto entre el Gobierno de Aragón, los empresarios, los sindicatos y los clústers, porque es ahora cuando hay que sacar brillo al diálogo social.
El objetivo ha de ser abrir mercados, pero sobre todo reforzar los intercambios comerciales con los países europeos, que son nuestros principales clientes. Para ello habrá que mantener la senda de la competitividad empresarial y ayudar a los sectores más afectados por los aranceles. Eso, y lanzar un mensaje diáfano a los ciudadanos para estar a salvo de vendehumos.
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