Opinión | CON SENTIDO / SIN SENTIDO

El cuento de los criados

Liberation Day implica acabar con el orden del libre comercio global para hacer más grande América (¡qué manía con apropiarse nominalmente de todo el supercontinente!). Trump ha prometido a sus votantes –proletariado venido a menos, agricultores y aspiracionales interraciales– que eso les va a beneficiar porque Amerrika va a ser de nuevo un paraíso agrícola y una megafactoría que produzca de todo en su feliz autarquía. La prensa ordoliberal y los expertos no se creen este cuentecito de hadas anarcoliberales y anuncian hecatombe: Ruination Day proclama en su portada The Economist. Vayamos a los datos. En estos momentos, USA roza el pleno empleo con un crecimiento de un 3%; por otro lado, su déficit comercial del 2,8% se compensa por la continua entrada de capitales foráneos que propicia el dólar como moneda refugio. Solo la «patética Europa» aporta 300.000 millones de euros, un cuarto del PIB español. Si se rompe esa dinámica y ese flujo se invierte en sus puntos de partida u otros alternativos, EEUU se queda sin su ventaja financiera. ¿Lo va a compensar pagando a sus obreros con sueldos de Vietnam o empleando a menores de 14 años, como han propuesto en Florida? De momento los red necks (paletos del interior) y demás creyentes trumpianos van a pagar el vino, aceite, coches y los bienes procedentes de Asia a un precio mayor. Los ricos como Trump y Musk se lo podrán permitir, aunque hay que ver si esta guerra arancelaria hace mella en los oligarcas tecnológicos, ahora tan fans del neoyorquino… Me temo que, al final, como en El cuento de la criada, los de la working class que se han apuntado al sueño de MAGA van a acabar de criados. Sorprende que estas víctimas propiciatorias del sistema neoliberal, tan apoyado hasta ahora por el Partido Republicano, quieran vengarse de su humillación y pérdida de poder adquisitivo aupando a un plutócrata redescubridor de la autoarquía y otras fórmulas económicas sin consistencia alguna que acompañan a sus medidas reaccionarias en lo social. No aprendemos la lección: eso mismo pasó en la Alemania nazi, aunque al menos allí parecía que había cierta inteligencia planificadora, aunque muy malvada e igualmente desastrosa para el mundo. Frente al maquiavelismo goebbelsiano, el equipo «trumposo» está formado por indocumentados e imbéciles megalómanos. El único consuelo es que el inexorable desastre que va a producir en el mundo esta estulticia sirva de antídoto contra esta plaga del populismo libertariano. Si salimos de esta.

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