Opinión

Porquería de mundo que cantó el tango

Trump y Netanyahu: «Pero si es (Gaza) un sitio magnífico, no entiendo cómo Israel cedió la franja de Gaza»; ... «coges a los palestinos y los mueves a otros países». Y te queda un solar estupendo para edificar y hacer negocio. Y ya sin crímenes ni nada, porque has acabado con todos los habitantes. Y el genocida apunta, humanitario, que los palestinos que dejen vivos, «deben tener la opción de ir donde quieran».

Esta conversación, con sus comillas, viene en la crónica de El País del día 7 de abril. Y no pasa nada. (Bueno sí, doña Kaja, la obispa de exteriores de la UE, esa cosa que tenemos, ha ido a Israel a decirle al gobierno que, jolines, hombre, mujer, podíais negociar para que suelten a los rehenes y... ah, sí, y de paso a ver si dejáis de matar palestinos, si pudiera ser, o sea, que lo valoréis; y bueno, que ya he venido y me tengo que ir, que tengo plancha en casa, conque adiós. Y el mundo admirado por la gestión de la comisaria UE.

La cosa es que estos dos sujetos, precisamente estos, han sido votados por millones de seres de apariencia humana. El de naranja, sin embargo, tiene también una versión cómico taurino musical: el gobierno de mariachis que hacen de secretarios de Estado, esa banda de inútiles, según vamos viendo, igual consiguen lo que ninguna crítica basada en la razón democrática: que hasta el más iluminado de los votantes de la broma grotesca se dé la vuelta. (Pero en fin, verás cómo tampoco).

Por aquí, por la aldea ibérica, mientras tanto, nuestro corral de la Pacheca sigue con sus cosillas. Está, por ejemplo, el juez ése, don Peinado y su cucaña judicial: ya no le queda nadie para declarar y está dando una segunda ronda. Sigue con su verbena pese a la Audiencia de Madrid. Lo de este buen hombre va a resultar enternecedor, tanta pasión. Que lo jubilen y le pongan una mesa para que siga entretenido, hombre, mujer; que es pena quitarle el juguete. ¡Jesús, qué tesón de independencia judicial!

Mientras, en la comisión del congreso sobre la policía patriótica doña María Dolores de Cospedal y de las Indemnizaciones Diferidas, y el ministro de las apariciones marianas, no recuerdan nada. Ninguno, ni siquiera Mariano Rajoy, conocían a Mariano Rajoy. Esto no lo iguala ni Ramón María del Valle Inclán que resucitara.

A veces hay que recurrir a lo grotesco, porque el mundo no da tregua. Nos queda el entremés de la virreina castiza y el chotis infinito que se viene marcando con su boyfriend: del ático de Madrid al cielo. Y don Peinado sin reparar en ello, cachis

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents