Opinión

¿Y mañana qué?

No sé las razones para que Trump desprecie a los que no son de EEUU y ricos, pero las tiene que haber y el mundo no puede rendirse ante tanto nepotismo

Ahora los pongo, ahora los quito, pero a China se los multiplicó hasta el 125% y todo el mundo loco como si esto fuera una noche eterna. Las cosas de Trump no tienen gracia, porque realmente con esta pausa de 90 días lo que se comprueba es que actúa de forma alocada, convulsiva, sin previsión y sin saber cuáles pueden ser las consecuencias, que siempre las hay cuando uno actúa llevado por el impulso, la fanfarronería y el deseo de humillar al resto. Las cosas de Trump no tienen gracia y las frases de Trump tampoco y uno no puede ir por la vida insultando a quienes intentan dialogar y negociar para que nuestro mundo, que es de todos y no solo del señor Trump y sus amigos, no se vaya a la mierda. Trump, de alguna forma, me recuerda a un vecino que tuve cuando tenía 6 años; lo tuve más tiempo, pero fue con esos años cuando descubrí su tiranía y su forma ridícula de querer humillar a sus vecinos que éramos parte desu vida y, sin embargo, nos consideraba escoria, cuando todos vivíamos en la misma finca, compartíamos problemas semejantes y nuestras economías eran saneadas: clase media de la España de los últimos años del franquismo.

Aquel vecino odiaba al resto de sus vecinos por causas variadas que se resumían en tres: a los niños porque él no había podido tener hijos y por eso nos hacía sentirnos mal cuando subíamos con él en el ascensor y nos maltrataba con miradas severas y palabras feas que hacían que bajáramos la mirada y le tuviéramos miedo; a los hombres por cuestiones ideológicas, él era muy franquista y tuvo la mala suerte de que la mayoría de los vecinos que compraron el piso al tiempo que él eran tipos progresistas, que no soportaban a Franco ni a los franquistas, así que a ellos le hacía la vida imposible con cosas del garaje, poniendo chicle en las cerraduras de las puertas que bajaban hasta los sótanos donde estaba el garaje, reventando ruedas y en una ocasión persiguió a un vecino con su coche con intención, dijeron los mayores, de atropellarlo. A las mujeres simplemente las ignoraba, pero les miraba las tetas y el culo con descaro y eso hacía que su mujer sufriera mucho.

No sé cuáles serán las razones para que Trump desprecie tanto a quienes no somos norteamericanos y ricos, pero las tiene que haber y el mundo no puede rendirse ante tanto despotismo, fiebre desmedida de poder y actitud caprichosa de niño de papá.. 

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents