Opinión | EDITORIAL
El voto a los 16 años, por consenso
Vuelve a plantearse el sufragio universal a los 16 años. El Gobierno quiere que la medida se materialice en la actual legislatura. Con esta reforma de la ley electoral, España se sumará a Alemania, Austria, Bélgica, Malta y Grecia, países que ya contemplan el voto adolescente, aunque no siempre en todos los comicios. También Brasil y Argentina incorporan al votante de 16 años. Anticipar la edad de votación no es, por tanto, una rareza, aunque su implementación no está exenta de debate.
El cuestionamiento de la madurez política de los jóvenes es el principal argumento en contra de la medida. Pero no está de más mirar al pasado para toparnos con otros momentos de la historia en los que se dudó de ampliar el sufragio. En España no se abrió el voto a los 18 años hasta la Constitución de 1978. Y, aún más atrás, no fue hasta la Constitución de 1931 cuando se reconoció el sufragio femenino. Entonces, se ponía en tela de juicio los conocimientos y la capacidad analítica de las mujeres, así como su presunta inmadurez emocional. El tiempo ha teñido de sonrojo estos recelos.
Lo cierto es que la madurez no está garantizada por la edad ni las urnas reflejan siempre decisiones racionales. La falta de información o la escasez de motivación marcan, demasiado a menudo, el voto adulto. Incluso si ponemos el foco en la vulnerabilidad ante los bulos de internet, la generación más joven no es la más indefensa. Hace diecisiete años que los smartphones están en nuestras manos de forma generalizada, estos jóvenes han nacido y crecido en un entorno digital. De forma innata, ya saben levantar barreras de desconfianza.
Los argumentos a favor del voto a los 16 años son numerosos. Para empezar, por una cuestión de coherencia democrática. Si aceptamos que un joven de esta edad es suficientemente maduro para trabajar o para ir a la cárcel, resulta contradictorio negarle su derecho al sufragio. A menudo se critica a este colectivo por su supuesta desafección política. Invitarle a la tan cacareada fiesta de la democracia puede ser un modo de acrecentar su interés y fomentar una mayor vinculación y participación en la sociedad.
Sumar a los más jóvenes a formar parte del sufragio debería conllevar un esfuerzo por parte de la Administración para impulsar más canales de comunicación y vías de participación específicos, así como incorporar un enfoque juvenil al desarrollo político. Hay una serie de preocupaciones que impactan de una forma muy especial en los más jóvenes, como la salud mental, la crisis climática o un horizonte incierto de empleo y vivienda. Oír su voz no es solo beneficioso para ellos, es enriquecedor para el conjunto de la sociedad.
El Gobierno anuncia que tramitará esta reforma sin que tengamos clara la mayoría parlamentaria con la que piensa aprobarla. Una pírrica mayoría como la de la investidura puede sustentar un cambio que debería estar por encima de la lucha partidista. Da la impresión de que lo único que se pretende con esta tramitación es buscar otro asunto de confrontación entre bloques. Si fuera así, sería una grave irresponsabilidad que lo único que conseguiría es dar munición a los populismos de uno y otro signo y acrecentar la desafección de los jóvenes. Una reforma así solo puede aprobarse con un consenso amplio que incluya, como mínimo, a los dos primeros partidos del Congreso, PP y PSOE.
Suscríbete para seguir leyendo
- Helicobacter pylori: así son los síntomas de la infección que afecta a la mitad de la población
- Dr. Víctor Bravo, endocrino: 'Comer menos y andar más no es la mejor solución para perder peso
- El día que el papa Francisco ofició una misa en Zaragoza
- El luto por el papa Francisco cambia los planes del Día de Aragón
- “No tengo miedo al descenso del Zaragoza, Gabi lo sacará seguro”
- Fallece el marido de la influencer Rebeca Labara tras sufir un accidente de tráfico en Barbastro: ella y su bebé hospitalizadas
- Personas sin hogar duermen en el hospital: 'La frase ‘De esta noche no pasamos’ era cada vez más repetida
- Crimen de 'El Imperio': 'Vaciamos las arquetas y pasaron todas las bolsas de cocaína que tiraban al baño