Dos cosicas

1.- Si usted ha tenido un cargo político importante y no le han dado un Honoris causa tiene motivos para estar frustrado porque visto lo visto, se lo dan a cualquiera. Es cierto que son Universidades privadas de décima fila financiadas y privilegiadas por los premiados, chiringuitos que se denominan pomposamente lo que no debían si este país fuera un pelín más serio. Es cierto que a veces Universidades tan importantes como la Complutense hace alumna ilustre a alguna sin más motivo que es la que tiene los presupuestos públicos a su disposición y la posibilidad de asfixiarte si lo desea, como así parece que está haciendo.

Así que, querido amigo, no se preocupe que esto del Honoris causa ya no es lo que era, está muy devaluado, sobre todo según quien se lo dé. Yo en su caso, si se lo ofrecen diría que gracias, pero que no. A ver si el Gobierno pone un poco de orden después de aquel error tan grande de transferir esa competencia a las comunidades autónomas. Está visto que para la derecha todo es objeto de negocio: la religión, la sanidad, la educación o chiringuitos con nombre de Universidad.

2.-A propósito del Gobierno. Muchos preferimos que la legislatura acabe cuando toque para que la agenda del Gobierno de Sánchez se pueda desarrollar. El objetivo de la derecha es romper la mayoría parlamentaria y llegar al poder cuanto antes. Y todo vale. En su objetivo tienen aliados aparentemente sorprendentes con los que comparten ahora ideario, críticas, estrategia y agenda. Si este es su caso, olvídese del pasado y abrace las siglas a las que ahora objetivamente está sirviendo porque ese es en estos momentos su lugar lógico.

Piénselo un poco. Si los medios de la derecha se hacen eco e intentan amplificar sus críticas a los que antes eran los suyos y gracias a los cuales usted llegó donde llegó, será por algo. Si algún vocero del más rancio nacional catolicismo le echa flores y lo proponen como modelo, igual es que no es que esté en minoría, es que ya no está y por eso a la postre pasa lo que pasa, aunque le cueste entenderlo y aceptarlo. 

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