De los juzgados al Centro Goya

El Gobierno de Aragón presentó ayer el Centro Goya, el último proyecto dedicado al artista de Fuendetodos que, al calor del Bicentenario de 2028, va a servir no solo para abrir las puertas de un nuevo espacio museístico en el epicentro de Zaragoza sino para devolver a la vida una parte de los antiguos juzgados de la plaza del Pilar que lleva más de una década vacía. Su presentación, en la iglesia de San Juan de los Panetes, deslumbrante para una iniciativa que han diseñado la consultora Idom, con los arquitectos de la firma BAU, descendientes del gran Regino Borobio, autor de ese edificio que se va a ocupar y de toda la plaza del Pilar durante la guerra civil, y de Boris Micka, un especialista con trayectoria en muchos países del mundo que ha sido el encargado de imaginar un recinto cultural que no se limitará a la parte expositiva, sino que pretende conseguir una experiencia inmersiva que adentre al visitante en la piel del artista más universal de la comunidad.

La puesta en escena no oculta una inversión millonaria que será la encargada de hacer realidad todas esas infografías y recreaciones que ayer deslumbraron a los asistentes. Un contenido que vestirá el interior del edificio y también las fachadas apoyándose en una herramienta muy socorrida en los últimos años como son los soportes digitales, la iluminación y tecnología led y todas esas innovaciones que buscan sorprender y casi siempre diferenciarse del formato tradicional de visita a un espacio museístico. Muchas ciudades en España y Europa están apostando por estos formatos, con suerte dispar y ejecución no siempre del agrado del público pero que merece la pena intentarlo aunque solo sea por la acumulación de espacios que Zaragoza ya está dedicando a Francisco de Goya. En el mapa que la DGA presentó al público de esa plaza del Pilar de 2027, también aparecía un espacio dedicado a Goya en la Lonja, cuando ya todo el mundo lo daba por descartado con este Centro Goya. No muy lejos está el Museo Goya... Quizá habría que repensar si la forma de transmitir al público, vecinos y visitantes, es una oferta tan dispersa por la ciudad o concentrada en diferentes espacios separados por unos pocos metros. Quizá conforme se acerque el bicentenario se consiga una imagen más coordinada de lo que se pretende para ese 2028 que está más cerca de lo que parece.

Pero más allá del espacio expositivo, nuevas tecnologías y experiencias inmersivas, también es importante para Zaragoza que los antiguos juzgados vuelvan a la vida en la plaza del Pilar. Que de todos los proyectos que se han planteado desde que se vaciaron las sedes judiciales en 2013, al menos este sirva para que no siga en el olvido y abandono de la Administración. Que esos 4,5 millones de euros que dicen ahora que costará (ya se verá al final) sea la factura para que al menos deje de degradarse por la falta de uso y de inversión de quienes están obligados a levantarle esta condena inmerecida en un lugar privilegiado de Zaragoza. 

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