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Opinión | Salida de emergencia

‘El triángulo de la tristeza’

Esta cinta tiene la decidida intención de que asumamos que somos y estamos en una sociedad podrida, bastante a la deriva

Veo la película sueca El triángulo de la tristeza y algo de todo lo que allí sucede me conmueve. Dicha cinta, que fue nominada al Oscar a Mejor Película en el año 2023 y obtuvo el premio en el festival de Cannes a la mejor cinta, tiene la decidida intención de que asumamos que somos y estamos en una sociedad podrida, bastante a la deriva y donde los viejos comunistas son alcohólicos degenerados y mal educados, los ricos de siempre, gente bastante soberbia y estúpida, los nuevos ricos, bobos empleadores de su tiempo mostrando el cuerpo y el mar y los trabajadores, súbditos llenos de rabia y ganas de un golpe de buena o mala suerte que lo ponga todo patas arriba. Y algo de todo eso sucede cuando el crucero sufre del mal tiempo y del peor hacer de unos y de otros, lo que acaba por hundirlo en alta mar entre roces y risas que se van poco a poco apagando. A partir de ese momento la historia se centra en los pocos supervivientes que llegan a una isla supuestamente desierta donde hay un poco de nada y un mucho de entre todos sin todos con un final explosivo donde uno descubre que no hay infinito en un mundo donde hasta el lugar más bello y recóndito está ya conquistado con su resort y sus vendedores ambulantes. 

Es sin duda El triángulo de la tristeza una cinta corrosiva y con ganas de contagiarnos un entusiasmo patético hacia las cosas que hoy en día nos entusiasman patéticamente sin que entendamos muy bien por qué; tiene también un tono ácido que nos acerca a la realidad de nuestros días en muchas acciones que van desde el momento en el que una pasajera ordena a la tripulación que haga lo que ella diga independientemente de si eso hará que las cosas salten por los aires, hasta un capitán que está al mando de un barco al que le desea un final cuando menos terrible, pasando por gente sin cabeza ni corazón y otras que, teniendo cabeza y corazón, desean que el rumbo cambie y todo pueda escribirse de otra manera que no por eso es una buena manera, cuando una vez más se impone la ambición y el deseo de arrasar con todo desde unas nuevas perspectivas.

La calma no existe en esta película que es un reflejo de la vida y sus vicisitudes, donde el respeto decae por completo y las viejas utopías son frases meramente lanzadas al aire para mayor ego de quienes las declama y frustrada ignorancia de quienes las escucha. Al final solo sirve correr e intentar huir de lo que ya nunca se puede huir. 

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