Este Día de Aragón no puede ser reivindicativo

El próximo 23 de Abril volverá a ser el Día de Aragón pero no puede ser reivindicativo, por mucho que se empeñe el presidente Jorge Azcón. Por mucha bandera grande que descuelgue. Por mucho que algunos quisiéramos. Históricamente ha sido una jornada con un marcado carácter reivindicativo. Durante más de dos décadas, miles de aragonesas y aragoneses se manifestaron en las calles cada 23A para exigir derechos históricos, mayor autonomía y mejores condiciones para la comunidad.

En el año 1978, más de 100.000 personas reclamaron la autonomía plena en Zaragoza. Los años 1992, 1993 y 1994 se celebraron grandes concentraciones en contra del Pacto Autonómico, por una autonomía plena y contra el trasvase del Ebro. En el 2002 hubo otra manifestación masiva en defensa de los recursos hídricos de Aragón. Estábamos en una cultura política propia, basada en el acuerdo y el consenso y en aunar esfuerzos con los elementos identitarios, los desafíos y los compromisos de todos.

En aquellas manifestaciones de los 90, por ejemplo, en los tiempos en que Felipe González era el presidente del Gobierno de España, se veía al alcalde socialista de Zaragoza, Antonio González Triviño, encabezar la manifestación junto a políticos de PP, PAR, PSOE, CHA, IU. Todos sin excepción, aunque fuera contra su propio partido.

Ahora nada ni nadie se une en un 23A reivindicativo. Será reivindicativo desde el prisma del PP, del PSOE, del PAR, de IU, y de todos los demás. Por separado. Se ignoran las demandas que son universales en Aragón.

Porque entre otras cuestiones tenemos en las instituciones aragonesas a personas que las degradan, como la primera presidenta de las Cortes de Aragón que no cree en la autonomía, en el Parlamento al que representa, porque milita en un partido, Vox, que quiere arrebatarnos el autogobierno. Marta Fernández no va a poder hacer muchas reivindicaciones autonómicas el miércoles en la Aljafería.

El 23 de Abril es un día para hablar de Aragón, no de España. Hay que hablar del reequilibrio territorial, de financiación autonómica, sí, pero no desde lados partidistas. De la implantación de las energías renovables, de las inversiones multimillonarias que están llegando, del transporte sanitario de emergencia....

Sobra confrontación, pero más en días como este, en el que hay que reivindicar ante los políticos una mayor vocación de autogobierno, de aragonesismo (no el del PAR, que también), de ambición. Hay que reivindicar nuestra tierra pero desde un prisma global y marcado por el tiempo que vivimos. Pero en este 2025, el 23A será reivindicativo por corros: unos en una dirección, otros en otra, y algunos en ninguna. Y eso no es un Día de Aragón reivindicativo. Más bien no puede serlo.  

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