Opinión

¿Presidente por accidente?

No es fácil jugar contra Sánchez y eso lo saben sus adversarios, pero tampoco es fácil hacerlo a su lado, porque a veces es demasiado impetuoso y orgulloso 

Si va, porque va; si no va, porque no va y la jauría cada vez se hace más bulliciosa haga lo que haga. Si dice que Palestina debe tener su propio Estado se monta un cisma, si viaja a China en plena crisis por los aranceles recíprocos impuestos por Donald Trump se le acusa de casi todo, hasta de traidor, y si decide no ir al funeral del papa Francisco se señala que es por proteger a su mujer y no sé cuántas cosas más de índole ciertamente pueril y frágil consistencia, porque aquí, en España, cuando interesa el Rey es necesario y único y cuando no es el presidente Sánchez el que desatiende sus funciones y atenta contra su propio cargo de forma irresponsable, porque simplemente para algunos es un presidente por accidente. Ignoro a qué accidente se refieren, quizá al accidente de saber pactar y no olvidar que eso entre otras muchas cosas sustenta y hace crecer las democracias.

Nuestro presidente Pedro Sánchez, porque es nuestro le pese a quien le pese, parece tener un talismán bajo las suelas de sus zapatos y no se trata de un talismán cualquiera, sino de uno que lo protege hasta en los peores trances, incluso en aquellos cuyas explicaciones resultaban increíbles y que finalmente fueron creíbles, aceptadas y necesariamente olvidadas. No es fácil jugar contra Sánchez y eso bien lo saben sus adversarios, pero creo que tampoco es fácil jugar a su lado, porque a veces resulta demasiado impetuoso y orgulloso y cuando un animal impetuoso y orgulloso se siente acorralado ataca sin miramientos y los cadáveres que vayan quedando en el camino, en este caso políticos, poco o muy poco importan en esa carrera hacia un norte que tiene banderas honorables y otras quebradas por políticas que no son de hoy, sino de antaño y que se han heredado sin el necesario debate que poco a poco se va imponiendo.

¿Es Sánchez el presidente de los nuevos tiempos? No lo sé. Eso lo analizará y juzgará la historia, pero lo que sí es cierto es que sabe entender el momento, lo calcula con exactitud y lo resuelve favorablemente a su favor, que no en vano es el favor de todos los españoles.

Hay lagunas negras en su gestión, claro, e ingratos personajes chupa sangre que son fielmente infieles y demagogos y sobre todo hay un sueño que ojalá no se torne pesadilla si permite que las olas devuelvan al mar la condena de su silencio.

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