Opinión | erre que erre
A Vox hay que dejarle a lo suyo

La presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, se dirige al público en su discurso del Día de Aragón. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA
Se veía venir y se cumplió a rajatabla: el 23A, el Día de Aragón, sirvió para ver que el diálogo y el consenso político que ha caracterizado tantos años a la comunidad, en esta legislatura está más difícil, pero seguro que no pasa por Vox. Fue el día en el que se volvió a evidenciar lo extraño que es ver al PP aragonés con estos ultras; camino del ecuador de la legislatura se vio a un Azcón en un auténtico papel institucional como presidente del Gobierno un día de San Jorge; y se comprobó que la jornada fue festiva, no reivindicativa, y de celebración con luto (no sé por qué tanto día de duelo en un Estado aconfesional, cuando por Juan Pablo II solo fue un día). Un 23A más.
Se intuye muchas veces que Azcón y varios del PP no están cómodos con sus colegas de Vox de las Cortes, pero el pasado miércoles se vio esa incomodidad en directo. No de ellos. Prácticamente de todo el público que presenció el acto de la Aljafería. Porque, como se esperaba, el discurso de la presidenta de las Cortes, Marta Fernández, fue impresentable para quien representa la soberanía popular. Es lógico porque ni ella ni los demás de su partido creen en las autonomías, pero hablar de ETA, de Giménez Abad, de la inseguridad ciudadana, del peligro de la inmigración, del pin parental o de que España se rompe en ese acto fue una salida de tono. No le pega al PP de Azcón convivir con ella.
Ni mucho menos con Alejandro Nolasco, el líder de Vox en Aragón, que habló ese 23 A de que las autonomías son un pozo sin fondo. Como para aprobar los presupuestos de Aragón con el PP, ¿no? Pero a la vez se le escucha culpar a Azcón de expandir el catalán en Aragón. Es imposible que el presidente aragonés esté de acuerdo con estas cosas:«O frenamos ya la islamización de España y dejamos de ser la furcia de Marruecos o no habrá vuelta atrás».
A Vox hay que dejarle a lo suyo, sobre todo en estas Cortes de Aragón. Así es imposible que alguien pueda firmar nada con ellos, aunque el Gobierno actual se una en algunas cuestiones como hizo esta semana en el parlamento.
El problema es que tampoco se les ve a este PP y a este PSOE en la Aljafería por una línea de acción común. La llegada de la ministra Pilar Alegría al liderazgo socialista aragonés ha enervado más a los conservadores y esta segunda mitad de la legislatura va a ser más un pulso contra las políticas de Sánchez que otras cuestiones. Como, además, Teruel Existe, el PAR y Podemos parecen desinflarse, los años que quedan pueden ser un pim pam pum que en nada puede beneficiar a la comunidad.
Pero ganaremos todos mucho si se intenta dejar a los de Vox a lo suyo, que no es precisamente un partido que beneficie a la autonomía porque, sencillamente, ellos no la quieren.
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