Opinión | Apuntes al margen

Trans y tribunales

Aprovechando que hace un par de semanas la Corte Suprema del Reino Unido declaró que la definición de mujer debe basarse en el sexo biológico, me voy a meter en camisa de 11 varas. La mera existencia de esta sentencia muestra un poco el espíritu de nuestro tiempo. ¿A dónde hemos llegado para que los jueces tengan que resolver sobre verdades científicas que competen a los biólogos? Una mujer no es otra cosa que la hembra de la especie Homo sapiens. Esto es lo que han dicho los jueces y ha generado una gran polémica. Se ha hablado de que las personas trans iban a perder derechos, se ha dicho que se les negaba la existencia y otra serie de afirmaciones con bastante poco sentido. Es evidente que el sexo biológico es una característica natural definida para casi todos los animales y para un buen número de plantas. Lo mismo me vale para la yegua y el caballo que para las moscas o los kiwis. Sin embargo, una corriente de pensamiento posmoderna afirma que todo es una construcción social, entre otras cosas el sexo, y de ahí que al final un tribunal haya tenido que decir que si no es burro es burra. Habrá quien califique este texto de tránsfobo, porque es un calificativo que se administra con gran facilidad. Valga el ejemplo de que a las lesbianas que no quieren enrollarse con mujeres con pene hay quien las califica de tránsfobas. Por si hay alguna duda, la discriminación de cualquier persona por su orientación, raza, sexo o por ser trans o de Zamora, es una barbaridad y debe perseguirse. El problema es que hay quien pretende imponer a los demás un sentimiento propio. Uno puede sentirse o percibirse como le dé la gana, solo faltaría. Pero no puede obligar a los demás a percibirle como él se percibe a sí mismo, y más aún cuando eso da lugar a tener determinados derechos. Yo tengo 44 años, pero en realidad me siento mayor, como de 67 años, por ello solicito que den la jubilación. Esto es delirante porque mi autopercepción no determina una realidad física, como las vueltas que ha dado la tierra alrededor del sol desde que yo nací. Aunque a primera vista la sentencia sea razonable, sus derivadas pueden discurrir por caminos inverosímiles. Nada más conocerse, la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos británica ha pedido que se habiliten terceros espacios para las personas trans en baños, vestuarios, cárceles etc. Cuánto nos hemos reído de las discusiones bizantinas por aquello de ¿cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler?

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