La guerra y el buitre leonado

Resulta paradójico que cuanto todo el mundo quiere y reclama la paz, esta se nos presenta como inalcanzable y los días se suceden con nuevos ataques a tan solo unas horas de que todo indique que vayan a iniciarse unas conversaciones entre Putin y Zelenski en Turquía para tratar de llegar a un paz duradera, como solicitó en su homilía del domingo el Papa León XIV y como exige el pueblo ucraniano, que lleva años viviendo bajo los ataques y abandonando su país para labrarse un futuro lejos de las guerras y del horror.

Trump quiere la paz, Zelenki quiere la paz, Putin dice que la paz es posible y Europa desea la paz y sin embargo esta no se alcanza porque hay dos bandos que exigen demasiado para formalizar esa paz, mientras un pueblo se desangra bajo fronteras que son deseadas por otros y entre kilómetros de tierras raras, sobre cuyo dominio ha puesto la mirada América y que parece van a convertirse en uno de los elementos de trueque para alcanzar esa paz que va a tener sobre su sello la imposición de Donald Trump, dejando a Europa en un lugar para el refugio, pero no para la acción, sin entender que las reglas del juego han cambiado y en el insulto y la desfachatez se combinan los ingredientes para alcanzar el éxito.

Camino estos días por las Cuencas Mineras, cerca de Segura de los Baños, y sobre las crestas de los montes que rodean estos parajes, ricos en hierro, plomo, carbón y cobre, sobrevuelan diversas especies de pájaros, como el quebrantahuesos, el gorrión, la golondrina, el vencejo, el zorzal, la curruca y el buitre leonado, que planea majestuoso superponiendo su silueta sobre el fondo gris de las crestas buscando una nueva presa a la que le arrancará las entrañas y el corazón cuando apenas le quede aliento para respirar.

La naturaleza es así y así se sucede la cadena donde los más fuertes acaban con los más débiles y los más débiles tienen que buscar todo tipo de estrategias para poder seguir con su vida, sin que el buitre leonado detecte su debilidad y se abalance sobre él. Trump lo sabe y Putin también y saben que Ucrania es un país debilitado después de años de guerra y ahora, como buitres leonados, quieren obtener parte de su corazón y de sus entrañas para mostrarlas victoriosos sobre las ruinas del mundo que nos estamos regalando.

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