Opinión

¡¡No a la guerra!!

¿Qué más tiene que pasar en Gaza para que haya una respuesta internacional contundente y definitiva contra el genocidio que Israel está cometiendo en Palestina? ¿Tanto hemos cambiado? En el mundo que suponemos civilizado, estamos celebrando el 80 aniversario de la liberación de Mauthausen, todo un símbolo de los campos de concentración de la época nazi .

El día 5 de mayo de 1945 se produjo su liberación y desde 2019 está considerado el día de las víctimas españolas que sufrieron el holocausto. Se han realizado homenajes en la persona de algunos de los que sufrieron aquella tortura y que todavía viven. Son muy pocos y es muy posible que para ellos resulte incomprensible que el mundo asista impávido ante las matanzas y el horror, que judíos descendientes de los entonces víctimas, ahora verdugos, están infringiendo al pueblo palestino.

No hace falta decir más veces que Hamás es un grupo terrorista, que lo es, pero parece ser que sí es necesario insistir en que Israel está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino que no es terrorista y que su derecho de defensa no justifica hasta donde lo está llevando. Y hay que insistir porque el mundo está de brazos caídos ante semejante ignominia.

Da la sensación que el poder económico que representa el pueblo judío y la situación geopolítica de Israel, con su protector EEUU, es bastante para acallar a un mundo que en otras ocasiones ha alzado su voz.

Han pasado 22 años de aquel ¡¡No a la guerra!! que gritaron 30 millones de personas en casi todos los idiomas del planeta, oponiéndose a un conflicto en el que España participó como convidado de piedra, a mayor gloria de José María Aznar, y de la mano de EEUU y el Reino Unido.

En esta ocasión, Israel está masacrando literalmente al pueblo palestino, no deja piedra sobre piedra, no respeta escuelas ni hospitales, no hace distingo entre población civil y militar, no deja en paz ni siquiera a los niños , hasta el punto de hacerles morir de hambre, en definitiva, esta atacando todo aquello que protege el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

Tras ocho meses de guerra, Israel sigue su plan y mientras tanto, se pavonea del resultado que ha obtenido su representante en Eurovisión, riéndose de aquellos, que como España, están manifestando mas claramente su oposición a la barbarie. Israel sigue desoyendo los tímidos mensajes que algunos organismos internacionales emiten, la ONU está bloqueada por el derecho de veto de EEUU y la orden de arresto del TPI contra Netanyahu tampoco esta teniendo efecto alguno.

Parece ser que la alerta emitida por la ONU, ante la posibilidad de que 14.000 niños mueran de hambre, está removiendo la conciencia internacional y ya empieza a subir el tono voces de distintos países que se oponen a tanta barbarie y que se plantean acciones mas duras contra Israel. Se suman así a las que hasta ahora proferían grupos reducidos que con manifiestos y firma se unían a ONGs que llevan denunciando tan dramática situación desde el inicio del conflicto, y que a la vez están sufriendo en sus carnes la violencia de un ejercito israelí que no respeta a nada ni a nadie.

Resulta dramático y muy doloroso pensar que en pleno siglo XXI, el mundo sea incapaz de parar este genocidio y otros conflictos que permanecen activos en otros países. Se ve que no hemos aprendido nada y que la experiencia que aportaron a la sociedad las grandes guerras del siglo XX se está disolviendo al ritmo que van desapareciendo aquellos que las protagonizaron y las sufrieron.

Entristece el corazón y hiere el alma que después de tantos años y tanto dolor, Israel olvide que en 1948, por un acuerdo internacional ocupó un territorio que no era suyo, desplazando a sus pobladores a otro lugar. Ahora a los pocos que quedan de aquellos y a sus descendientes, literalmente los está eliminando con la intención de quedarse con su territorio. Y lo peor de todo es que lo realiza con unas acciones que en cierta medida convierte al resto del mundo en cómplice ya que no está haciendo nada para impedirlo.

Todo esto está sirviendo para entender como fue posible que Hitler llegara tan lejos. Ganó unas elecciones democráticas y lo demás ya lo sabemos. La historia se repite.

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