Opinión

¿Son demócratas?

Digámoslo con claridad porque ya vale. Soy de los convencidos de que a las derechas españolas les importa un bledo la democracia. La consideran simplemente un medio para alcanzar el poder político, pero no son esencialmente demócratas. Hay en sus filas demócratas convencidos, no lo dudo, pero analizando su reiterado comportamiento, globalmente, no creo que sean partidarios de poner la defensa de la Constitución, del Estado de Derecho, de la división de poderes, de defender eso de que la soberanía reside en el pueblo, del respeto a las instituciones... por delante de sus simples intereses electorales.

No lo han hecho nunca. Quizá ahora, con la ayuda de los ultras de aquí y de fuera, están más crecidos y dispuestos a romper todos los límites y todas las apariencias. La estrategia de la crispación, de sembrar basura, de inventarse lo que sólo existe en su imaginación calenturienta y ambiciosa, de crear un día y otro día la convicción de que se avecina el apocalipsis y el responsable es Pedro Sánchez ya es enfermiza.

Todo les vale para su política y todo el que puede hacer... hace, siguiendo la consigna del gran capo, incluyendo una parte de la judicatura que no tiene freno como bien están denunciando juristas de prestigio. Y siembran tanta basura a través de tantos medios que ésta fructificará en muchos cerebros prestos a ir a votar en contra de sus intereses objetivos, es decir de los que defienden lo público. Cuando el PP y VOX hablan de mafia y de corrupción sin duda hay que prestarles atención porque en estas cuestiones son unos expertos consumados, campeones en todas las ligas.

Se lo saben todo. Y esta afirmación no es un «tú más». Simplemente señalo un hecho. Tenemos unas derechas con un ADN autoritario que sólo simularon la transición a la democracia. Y por otro lado hay gente en la izquierda instalada en la estupidez del purismo, en la defensa de intereses personales, incapaces de analizar la situación y ver lo que se nos puede venir encima si no reaccionamos desde la unidad todos aquellos que, además de ser demócratas, defendemos mayores cotas de igualdad y de justicia. De los desleales de dentro prefiero no hablar. Quizá otro día. 

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