Opinión | Sala de máquinas

Literatura fantástica

Bajo la moderación del concejal de Cultura, Rubén Martínez, y junto con otros dos colegas, Julio Embid y Daniel Ibáñez, participo en San Mateo de Gállego en una mesa-debate sobre Literatura fantástica.

Se trata de un género resbaladizo, pues nada fácil resulta deslindar sus límites ni acotar sus márgenes. Quizá sea por ahí, por el margen (de la misma forma que al pie de las páginas manuscritas suelen anotarse interesantes acotaciones), por donde el género fantástico se expanda sin cesar. Como ese universo al cual, en su expresión más imaginativa, hasta la ciencia-ficción, pretende representar.

Autor de Balada de sangre y viento, Daniel Ibáñez se enmarca dentro del subgénero de la fantasía. Siendo esta su primera novela, se percibe en el joven autor un incipiente talento que, a buen seguro, el tiempo no hará sino confirmar. Ibáñez conoce bien a Tolkien, padre de la fantasía, y no ignora que era un hombre de letras muy culto, conocedor de los mitos de la antigüedad y de las grandes religiones. Ojalá sea sobre ese cimiento donde Ibáñez construya sus futuras creaciones.

Por su parte, Julio Embid, autor con experiencia institucional, y ya con una decena de obras publicadas, combina diferentes recursos, no siendo el menos destacado el del humor. Ironía o sátira que se perciben brillantes, por ejemplo, en La subdirección, una descacharrante fábula en la que un grupo de brujos y vampiros se convierten en funcionarios del Gobierno de Aragón, para atender al público y mover a su antojo la máquina administrativa.

Mi Casa de indianos, recién publicada, se levanta sobre el lenguaje de los sueños y esa luz que a veces la parca nos muestra para tranquilizarnos respecto a lo que nos espera más allá. Construir una novela sobre una trama real, pero elevando las torres de su castillo hasta las alturas de los fenómenos sobrenaturales, es de lo más difícil, y uno no estaba seguro del resultado; por fortuna, una segunda edición en pocas semanas y el aplauso de los primeros lectores me gratifican del viaje al mundo de lo oculto.

Fantasía, literatura fantástica, imaginación... ¿Anhelos del hombre atrapado en la tierra?

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