Opinión | Editorial

El músculo empresarial de Aragón

Ya no es casualidad que en algunos de los principales foros económicos de ámbito nacional se hable del notable volumen de inversiones que están llegando a Aragón en los últimos cinco años, de la capacidad demostrada por la comunidad para atraer proyectos que tirarán del tejido productivo en el futuro, de la eclosión de las energías renovables como uno de los grandes ‘ganchos’ para que más empresas se instalen en un territorio históricamente olvidado, así como de la acertada estrategia puesta en marcha por los Ejecutivos de Azcón y Lambán –agilidad administrativa, diálogo social y una elevada interlocución con las instituciones– para que todo ello sea posible, gracias también a la comunión que existe con los agentes sociales (patronal y sindicatos). Resulta evidente que este trabajo de largo recorrido comienza a dar sus frutos de una manera más que notable y que el efecto arrastre ya se nota en las compañías aragonesas que integran el tejido productivo de Aragón.

Tampoco es una casualidad que EL PERIÓDICO DE ARAGÓN quiera contribuir a consolidar esa realidad y a ayudar a la prosperidad económica que se vive hoy en la comunidad. Este diario, perteneciente al grupo Prensa Ibérica, siempre ha querido estar cerca de quienes generan riqueza y empleo en Aragón, pero quiere seguir dando pasos al frente en esta misma dirección como lo hizo con el lanzamiento del suplemento económico ‘activos’. Otra prueba de ello es la entrega de los Premios Empresa del Año Banco Sabadell, que ayer celebró su segunda edición con una gala que reconoció la labor del grupo Samca (Empresa del año), Edelvives (Trayectoria empresarial), Sesé (empresa Familiar), Sphere (empresa Sostenible), Certest Biotec (empresa Internacional), Vitalia (empresa con más impacto social), Rasmia (startup) y José Agustín Lalaguna (empresario del año). Todas ellas, pero no solo ellas, son una muestra del gran potencial de las compañías que hunden sus raíces en Aragón y que han logrado conformar una sólida base sobre la que construir algo. Alguna tiene más de 100 años de historia y otras apenas unos años de vida, aunque lo relevante en cualquiera de los casos es que la comunidad tiene una cantera y un músculo empresarial envidiable.

Quizá por ello es de justicia reconocer el trabajo bien hecho durante tanto años y el empeño que han puesto las empresas nacidas en la comunidad por contribuir al progreso de Aragón. Quizá, por tanto, sea el momento de entender que, más allá de las importantes inversiones que las multinacionales de todo el mundo están realizando en el territorio, el tejido local es el mejor activo económico. Por tanto, conviene no olvidar y apoyar a quienes han estado ahí siempre, independientemente del ciclo económico, la coyuntura política o el escenario internacional. Ese es, sin duda, el mejor premio. 

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