Opinión | EL ÁNGULO

Personal o político

El desconcierto inicial de Sánchez, difícilmente disimulable, y la trayectoria de Santos Cerdán acompañan con sentido a la teoría del engaño colectivo

En la elección de una de estas dos alternativas se encuentra la viabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez. La entrada de Santos Cerdán en el escándalo Ábalos/Koldo dificulta la credibilidad de que un segundo secretario de organización también actuaba al margen de la dirección del secretario general y frente al desconocimiento de este. La versión del engaño es sin duda la más dulce de las dos posibilidades, porque si aquí hay más hilo del que tirar o más mantas que levantar y diéramos el paso a un modo de comportamiento conocido, aprobado y extendido en el partido, el game over está próximo.

El desconcierto de las primeras y siguientes horas, difícilmente disimulable ni con counturing de maquilladora amateur, la trayectoria política del afectado hasta que se abrieron las páginas del informe de la UCO, acompañan con bastante sentido a la teoría del engaño colectivo.

Su empeño en seguir negándolo todo cuando te pillan, la disonancia entre la figura pública y la personal es propia de aquellos que se creen su propio personaje y son capaces de disociarlo con la verdad. No hay que irse hasta el caso de Enric Marco haciendo de su inventado paso por un campo de concentración nazi su vida, conocemos casi todos ejemplos más domésticos. Las infidelidades que al principio dificultan conciliar el sueño, pero que el paso de los meses lleva a la normalización. El primer billete sustraído de la caja registradora, con más zozobra que ansia, rompe la barrera para seguir haciéndolo hasta que te pillan ¿En qué momento sucede todo esto sin que yo me enterara, en no quedar después como una persona inocente o poco despierta?

Uno de los mayores engaños colectivos de la reciente historia se llevó a cabo por un anciano venerable en ese momento y honorable por el trato del ejercicio de su cargo, el presidente Pujol, que cenaba tortilla francesa y ensalada todos los días, ejemplo de austeridad personal y protagonista del mayor caso de corrupción política de Cataluña. Hay un momento en la vida del trabajador de la conservera y luego eficaz dirigente autonómico del partido, como en el de Jordi Pujol que deciden que el poder económico no solo pase por su lado, no solo se sienten a dialogar con él, a pactar políticas públicas sino que también tienen derecho a coger un trocito del pastel o la torta entera según los casos. Su primera mordida, su primera adjudicación ilegal, el primer 3% sería recibido con la adrenalina del que roba una colonia en un centro comercial sin ser pillado, pero luego vendría el disimulo como forma de vida, la creación de dos personajes en un mismo cuerpo y no estar loco, como el bolero.

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