Opinión
El cambio de paradigma del empleo
Aragón afronta un cambio de paradigma en su mercado laboral marcado por la falta de profesionales cualificados y la escasez de trabajadores. Se trata, sin duda, de uno de los mayores retos que han de afrontar las empresas en los próximos años, una realidad que viene acompañada de la buena marcha de la actividad económica y el dinamismo de varios sectores emergentes como la logística, el automóvil, las nuevas tecnologías, las energías renovables y la agroalimentación. En todos ellos se buscan empleados, pero también se intentan reclutar en negocios tradicionales vinculados al turismo, la hostelería y el transporte, por citar solo unos ejemplos.
Varios han sido los factores que han llevado a este escenario. En primer lugar, la demografía, que corrobora que cada vez son más las personas que se jubilan y menos las que se incorporan al mundo laboral. También existe un preocupante desajuste entre la formación y lo que demandan las empresas. La tercera variable que entra en juego es el cambio en las prioridades de las nuevas generaciones de trabajadores, que buscan entornos más flexibles, oportunidades de desarrollo profesional y un equilibrio personal y laboral. A todo esto se añade una inercia positiva en el mercado de trabajo aragonés, con menos de 48.000 parados y más de 642.000 afiliados, una cifra nunca vista.
Todos estos temas se abordaron ayer en el foro ‘Aragón, empleo y talento’, organizado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, una jornada en la que se trataron de buscar soluciones a esa merma de personal que estrangula la capacidad de crecimiento de las empresas, condiciona algunos proyectos y pone en riesgo la llegada de inversiones a la comunidad.
Varias fueron las conclusiones del foro, pero una de las más relevantes fue la necesidad de trabajar de forma coordinada entre el Gobierno de Aragón, los agentes sociales, la Cámara de Comercio, la comunidad educativa y las universidades, con el objetivo de elaborar un diagnóstico preciso de la situación e implementar medidas. La apuesta por la Formación Profesional y la conexión necesaria entre esta y las empresas es otra de las herramientas clave para lograr un equilibrio entre la oferta y la demanda de puestos en el mercado laboral.
Desde una perspectiva más global, conviene que las empresas y las instituciones sean capaces de integrar a las mujeres, a los jóvenes y a los mayores de 52 años, tres colectivos que tienen unas tasas de paro superiores a la media y que podrían aliviar la falta de profesionales. Pero también es necesario incorporar talento y mano de obra procedente de otros países, algo que se antoja vital para que Aragón mantenga intactas sus expectativas de crecimiento y progreso.
La comunidad requiere talento, formación y empleo, pero sobre todo necesita dar solución a un problema que condiciona su desarrollo y su prosperidad.
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