Opinión | SALA DE MÁQUINAS

Voto en blanco

En el PSOE existe una tradición que, personalmente, me parece absurda, pero que rige los mecanismos internos y el devenir del partido: aquel compañero que se presenta a unas primarias y las pierde no vuelve a salir en la foto. 

Algo de verdad debe haber, porque Susana Díaz o Eduardo Madina, por ejemplo, apenas han vuelto a aparecer. Tal vez ese hándicap pueda explicar que los críticos contra Pedro Sánchez, comenzando por el propio Felipe González, no hayan presentado candidaturas en la reciente ronda de primarias. Pareció por un momento que en Aragón sí se iba a dar el paso, pero finalmente la opción de los lambanistas quedó diluida en una operación de confluencia con Pilar Alegría.

Al no haberse producido, durante el proceso de primarias, ese debate entre una y otras corrientes, los disensos siguen menudeando por las altavocías de los medios de comunicación, alterando constantemente la vida regular y pacífica del partido. El último en salirse del carril ha sido, y ya van muchos derrapes, Felipe González. Exasperado por la aprobación de la ley de amnistía, el ex mandatario ha venido a recomendar el voto en blanco como una suerte de protesta contra la deriva de sus siglas. Ese sorprendente planteamiento ha indignado a los seguidores de Pedro Sánchez, alguno de los cuales, como el incombustible y simplón Patxi López, ha invitado nada sutilmente a González a abandonar el nido socialista, si tan a disgusto está.

El caso es que esa «recomendación» -la de votar en blanco-, formulada por González en una crisis de despecho, plantea una pregunta de fondo más general: ¿puede servir una papeleta neutra como vehículo de protesta para una parte del electorado que se sintiera decepcionado por los suyos? Hasta ahora, en España, el voto en blanco no ha venido teniendo la menor significación. Por su escasa cuantía, para comenzar, pero también porque ningún líder o partido lo ha utilizado como bandera para alzar después algún tipo de bandera o mensaje. 

La insinuación de González, invitando, más o menos claramente, a quienes siendo socialistas, como él, piensan que Sánchez está desvirtuando su ideología, ¿se materializará próximamente, en unas generales, en una especie de «alternativa» o de «primarias» al PSOE oficial

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents