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Opinión | Una mirada al frente

Política ‘low cost’

La política de gestos, incluida la flotilla, se ha encontrado con la cruda realidad. Fuera de la OTAN hace mucho frío

La delirante deriva de la política española viene reflejada en sus más insignes representantes. Esta semana, sin ir mas lejos, el diputado Gabriel Rufián, con gesto de revelación y singular atrezzo, desde la tribuna del Congreso de los Diputados, espetó lo siguiente: «Si yo pago por el paseo de una cabra por las calles de Madrid para que ustedes aplaudan por el 12 de octubre, ustedes van a pagar la repatriación de 50 compatriotas secuestrados por Israel». Y es que este es el contexto, una Cámara Baja, tan y tan baja, que un diputado con media ocurrencia parece ya un sofista ático. Mezclar la cabra de la legión con la Barbie flotilla solo pretende un titular fácil para complacer a esa «interesante» parroquia que tiene por votantes.

Pero, también, Ione Belarra de Podemos, calificaba de acuerdo fake, el embargo de armas a Israel, poco antes de que ella y su propio partido procediesen a votarlo. La congruencia estaba jugando al despiste otra vez. Un gesto, el embargo, tan inútil para la paz como el envío del «furor» de la Armada a escoltar la flotilla. Afortunadamente, hoy, podemos hablar de paz entre Israel y Palestina. Y ello ha sido posible gracias a la intervención de la «diplomacia» estadounidense en el proceso.

Además, la vicepresidenta del Gobierno y ministra de trabajo Yolanda Díaz decía un día que «no podemos legitimar esta farsa», «Ni una paz que solo busca consolidar la impunidad a Israel», «por eso decimos alto y claro no al plan de Trump y Netanyahu» y apenas una semana después, decir que «es el primer paso para terminar con la mayor atrocidad cometida en el siglo XXI».

Toda esta serie de desaciertos, digamos políticos, terminan con el titular de ayer: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insinuado la posibilidad de «expulsar» a España de la OTAN debido a la negativa de Pedro Sánchez de invertir el 5% del PIB en gasto de defensa. Y no se quedó solo ahí, llegó incluso a amenazar con sanciones comerciales si el Gobierno español mantenía su negativa a aumentar el gasto militar. La política de gestos, incluida la flotilla, se ha encontrado con la cruda realidad. Fuera de la OTAN hace mucho frío.

Compadezco a esos casi mil asesores que el gobierno mantiene en nómina, por el trabajo extra que estos días están teniendo que hacer (aunque estén tan bien pagados). El caso Ábalos, el caso Koldo, las reuniones de Conde Pumpido con Pepiño y Zapatero y ahora Trump. Estaría bien que los ciudadanos hagamos público que nos molesta pagar diputados tan cutres. Ese calificativo tan usado y manoseado por el propio diputado Rufián.

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