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Opinión | CON SENTIDO/SIN SENTIDO

El discurso de Paula

El discurso que la cineasta Paula Ortiz proclamó en el último pregón de fiestas no es nada anecdótico. La alcaldesa de Zaragoza había previsto un balcón triunfal con el concurso de la farándula rojilla para mayor gloria de las redes sociales en las que luce tanto. En la política del actual gobierno municipal el cine es una baza propagandística de primer orden, como demuestra la operación Distrito 7 que quiere convertir la ciudad en un referente nacional en esta industria. Pero la autora de La novia aprovechó la ocasión para recordar las deudas sociales ocultas tras la política de escaparate de Natalia Chueca, así como su falta de compromiso con causas justas (léase genocidio palestino). La multitud maña allí congregada para la parada triunfal de la alcaldesa acabó aclamando a la Ortiz y advocando al santo rojo Labordeta y entonando su célebre plegaria. La coartada quedó así desenmascarada y se volvió en contra de una alcaldesa que acabó de estropearlo todo cuando, al día siguiente, afeó a la directora haberse comportado sin elegancia. El discurso de Paula ha llegado en un momento muy oportuno, pues era necesario desvelar la estrategia de un PP aragonés que se viste con piel de cordero mientras acomete políticas neoliberales que depredan, cual lobo, los recursos públicos. La crisis de los cribados de cáncer de mama en Andalucía ha puesto en evidencia que un supuesto talante moderado –Moreno Bonilla, Azcón o Chueca– no oculta las políticas lesivas de la derecha, en educación y sanidad principalmente. Por muchos medios de comunicación y cuentas de redes sociales que les jaleen, por muchas operaciones de blanqueo, con buen rollo y fanfarrias, que habiliten, siguen gobernando para los poderosos de siempre. ¿A ver si adivinan, sin ir más lejos, quién va a hacer negocio en Distrito 7? Pero hay algo mucho más inquietante, pues, además de beneficiar a las élites, los gobiernos del PP no paran de amontonar muertos: Yakolev 42, metro de Valencia, Madrid Arena, Alvia de Angrois, dana de Valencia… No son consecuencia del destino aciago, sino negligencias en la salvaguarda y cuidado de los servicios públicos, por no hablar de las catástrofes ocasionadas por espurias alianzas geoestratégicas (atentados del 11-M) o por el torpe desprecio a las consecuencias ecológicas (Prestige, incendios forestales o danas). El neoliberalismo y su versión carpetovetónica –capitalismo de amiguetes– tienen su coste, también en vidas humanas. Salid a los balcones, sobre todo a los mediáticos, a proclamarlo, como Paula.

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