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Opinión | El rincón de pensar

La izquierda que está por venir

La izquierda aragonesa sigue en pleno proceso de transformación después de muchos años gobernando y tras la llegada de un PP como el de Jorge Azcón que ahora goza de una excelente debilidad para preparar un asalto a esos cielos que no hace tanto eran suyos pero que no está sabiendo aprovechar. El poderío de las derechas está dando síntomas de nerviosismo y empiezan a cometer errores sin sentido, más en el Ayuntamiento de Zaragoza que en la DGA, que evidencian que quizá en 2027 la contienda esté más abierta de lo que hoy parece. No creo que sea por su aparente enfado con Vox ni porque la ultraderecha se haya pasado al insulto, al desafío a la legalidad y a poner en su particular diana al mismísimo presidente, con quien no hace tanto compartían Consejo de Gobierno. Se sienten impunes y a salvo hasta de la reprobación por actitudes y palabras que algún día acabarán en comisaría.

Ya les llegará el momento de decidir si Aragón les importa tanto como para dotarle de un presupuesto o si esto solo lo solucionan las elecciones. Aunque cada vez está más claro que esa llamada a las urnas solo depende de lo que mande Feijóo y Génova, de la calculadora y las encuestas... De hecho, tal y como está la izquierda, inmersa en su rearme, se podría decir que el adelanto electoral es lo que más beneficiaría a Azcón pero... no al ‘jefe’. Este les anima a seguir sacando la presunta corrupción del PSOE y las «putas», lamentable espectáculo, para responder a casi cualquier crítica pero eso no siempre vale para los problemas domésticos.

Más allá del PSOE, hay más izquierda en Aragón. Chunta sigue en su proceso de renovación de liderazgos, pero que nadie dude que volverá porque el aragonesismo de izquierdas nunca ha ido de personalismos sino de ideas, inamovibles sea cual sea el resultado. Con José Luis Soro llegó al Pignatelli y ahora sobre la mesa su desafío se llama Sumar, dentro o fuera de ese conglomerado que tuvo su razón de ser en 2023 para combatir a la extrema derecha y que ahora hace aguas.

El futuro de Sumar y Yolanda Díaz pasa sobre todo por IU, que en Aragón conoció ayer que Álvaro Sanz no repetirá como coordinador general ni como candidato. Su sucesión es una incógnita, porque no es como cuando él relevó a Patricia Luquin después de ser diputado en el Congreso, o ella tomó el mando que dejó Adolfo Barrena después de estar unos años teniendo voz en las Cortes. Ahora hay que buscar un líder reconocible y al que todos sigan, unidos como Sanz les deja, una tarea complicada con el adelanto electoral sobrevolando...

¿Y qué decir de Podemos? Con un diputado como Andoni Corrales con el que la dirección estatal apenas tiene trato, aferrado al escaño a sabiendas de que le buscan sustituto, y con un rebufo nacional que ya no es el mismo que surgió tras el 15M. Es el paradigma de una izquierda que sigue buscando una renovación y para la que el reloj electoral avanza más rápido que para otros. Tic, tac.

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