Opinión
Vox necesita líneas rojas
La polarización de la vida política es una de las principales losas que pesan sobre la sociedad española. No existe una única explicación a este fenómeno pero entre las razones más poderosas figura la propagación de mensajes provocadores a través de las redes sociales y el uso de información tóxica y falsa para sacar tajada en las urnas por parte, sobre todo, de formaciones populistas como Vox. La política, por tanto, ha dejado de ser el gran arte de argumentar y convencer para convertirse en una fuente de bulos, mentiras y afirmaciones grandilocuentes que, en muchos casos, están vacías de contenido. Pese a ello, no siempre es así y hay notables excepciones que tratan de devolver el brillo a una actividad que ha de recuperar su prestigio, pero que ha generado una profunda desafección entre los ciudadanos.
El episodio vivido ayer en Aragón es fiel reflejo de una realidad que debería comenzar a cambiar por el bien de todos. La publicación de mensajes racistas y fascistas por parte del asesor del grupo parlamentario de Vox en las Cortes de Aragón Marcos Francoy, a través de la red social X, es la prueba palpable de que la política necesita implicarse a la hora de marcar líneas rojas que nunca deberían sobrepasarse, aunque ello suponga un coste. Lo que no es tolerable son los mensajes difundidos por Francoy, con vídeos en los que se ve a un oficial nazi pintando una estrella de David en un establecimiento, así como comentarios xenófobos y delictivos.
No es la primera vez que Aragón es testigo de este tipo de comportamientos de Vox, tanto en las Cortes de Aragón como en convocatorias de prensa o en las redes sociales. Ayer, Jorge Azcón no solo calificó de «intolerables» las manifestaciones del asesor de la ultraderecha sino que anunció la ruptura de las relaciones con el partido de Abascal hasta que Francoy fuese cesado. Pero Vox, tras cesar a Francoy, fue más allá y aseguró que no se sentará a negociar «ningún acuerdo presupuestario con el Gobierno de Aragón del Partido Popular para 2026».
La reacción es fruto de la política de tierra quemada que viene practicando Vox y que consiste en destruir en lugar de construir. Es posible que Aragón no tenga presupuestos, pero quizá sea más importante no guardar silencio y callarse ante determinados comportamientos que hacen a los partidos y a la sociedad en general cómplices de un discurso que se acaba normalizando como si no pasara nada.
Desde la perspectiva política, es complicado predecir si esta grave crisis entre Vox y el PP puede conducir a un adelanto electoral el próximo 2026. El tiempo lo dirá. Pero las formaciones del parlamento aragonés deberían anteponer los principios a otros intereses y marcar líneas rojas gruesas si no queremos que la política se convierta, más pronto que tarde, en un lodazal.
Suscríbete para seguir leyendo
- El futuro de Rubén Sellés, la broma de Bakis y el engendro de Txema Indias en el Real Zaragoza
- La ginecóloga de Zaragoza que superó una tetraplejia: 'Me fui andando del hospital de parapléjicos de Toledo
- El Real Zaragoza pierde otra vida en Granada (3-1)
- Elena dice adiós a toda una vida en su tienda de decoración en el centro de Zaragoza: 'Me da pena porque tenemos muchos clientes
- La invasión de 'bloques cebra' llega a Zaragoza: 'No es estética, es pasotismo
- La crónica del Surne Bilbao Basket-Casademont Zaragoza: desastre total (106-75)
- El balneario más deseado de Aragón en otoño tiene una cueva termal y lagos naturales al aire libre
- El médico rural que 'revienta' la sala Oasis con un festival indie autogestionado
