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Opinión | Sala de máquinas

Volver a La Habana

A estas horas debería estar volando a La Habana para participar en las Jornadas de Cultura Española en Cuba, organizadas por nuestra Embajada y por el Ministerio cubano de Cultura. Tenía programadas una presentación de Casa de indianos, mi última novela, y un encuentro literario con Leonardo Padura. Ambas actividades se iban a celebrar en un antiguo palacio de Habana Vieja, Casa Vitier, pero el dengue lo ha impedido, aplazándolo por el momento...

No solo el dengue. También la hepatitis A, el oropuche y la chikungaya. Virus enemigos del ser humano que campan en las calles de La Habana y de las ciudades de media Cuba, causando epidemias que estragan a la población poniendo a prueba el sistema sanitario de un país que se cae en sus elementales estructuras, se cae del presente, del futuro, se cae de la historia.

A los apagones frecuentes y endémicos problemas de abastecimiento hay que agregar la insalubridad y amontonamiento de basuras que nadie recoge, permitiendo que ratas y mosquitos se atrincheren en focos de infección desde donde contagian a niños y mayores. No hay vacunas, apenas medicinas, y los hospitales, en medio del silencio oficial, se llenan de dolor, lamentos y muertes... ¿Hasta cuándo? Desde mi primer viaje a La Habana, en 1991, a hoy, la situación económica, social y sanitaria ha ido de mal en peor.

Básicamente, nada cambiará hasta no cambie el régimen, se retire esa junta militar que dirige la nación desde hace más de sesenta años y deje paso a una sociedad moderna, organizada en una nueva democracia que restaure los abolidos derechos individuales y colectivos y normalice la relación con Estados Unidos y el resto del mundo.

Ojalá la epidemia remita, Cuba se estabilice, plantee una apertura y pueda yo regresar a La Habana para celebrar ese encuentro con Padura. Entrevista que, anticipo, abriré pidiendo el Nobel para él. Tan sólo dos de sus libros, El hombre que amaba a los perros y Herejes ya merecerían dicho galardón. Y Cuba, que no tiene ningún Nobel (injustamente no lo ganaron Carpentier, Lezama Lima ni Cabrera Infante), más.

¿Nos vemos en La Habana? Sí, desde luego, pero... ¿cuándo?

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