Tras meses de intensas negociaciones, el Gobierno de España llegó a un acuerdo sin precedentes con los empresarios y los sindicatos, para impulsar una reforma laboral que acabase con los apartados más lesivos de la que impuso Rajoy sin apoyo y por orden y mando. Una buena noticia, sin duda; sin embargo, con el paso de los días la niebla se instalaba nuevamente en nuestro escenario político y los noes comenzaban a ser una realidad entre algunos de aquellos partidos que en su día apoyaron al Gobierno en su investidura, justificándolos al afirmar que se trataba de una reforma insuficiente, sin dar aprecio a todas aquellas cosas que mejora y que tienen que ver con recuperar algunos de los derechos de los trabajadores y acabar con desigualdades que parecen endémicas y fatalmente aceptadas.

Hemos escuchado todo tipo de declaraciones para justificar esos noes y de entre todas ellas hay una que llamó poderosamente mi atención. «No apoyamos, ni votamos propuestas personales», dijo el Portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados y una se ve obligada a reflexionar, considerando que sacar adelante una reforma laboral en compañía de sindicatos y empresarios de forma unánime es de todo, menos algo personal, porque está claro que Yolanda Díaz ha tenido que dejar alguna de sus prioridades por el camino, buscando una prioridad mayor, la de avanzar para que nuestra sociedad viva un poco mejor gracias a todos y no solo a costa del sacrificio de unos pocos.

No gusta Yolanda Díaz y lo más triste es que no gusta sobre todo a algunos partidos llamados de izquierdas

No gusta Yolanda Díaz y lo más triste es que no gusta sobre todo a algunos partidos llamados de izquierdas que ven en su persona y en su forma de hacer y entender la política un peligro que no saben cómo contrarrestar y, como opción, se les ocurre votar no a esta reforma laboral, para que de esa forma salga adelante con el apoyo de Ciudadanos y así poder decir que si esa reforma la ha apoyado Ciudadanos es que es una reforma de derechas. Y lo más graves es que tras ese algoritmo barato y lleno de trampas seguirán con su discurso, haciendo de la política un patio de recreo de esos en los que había bandas y o estabas conmigo o estabas contra mí. Le deseo suerte a Yolanda Díaz por su coraje, su sentido común y por comprender que en la política no se gana, se está para poder cambiar las cosas, aunque uno personalmente tenga que prescindir de algunos de sus principios o ver cómo se rompen otras tantas banderas.

No será un error sacar adelante la reforma laboral con Ciudadanos y con el resto de partidos que decidan apoyarla, simplemente será una suma necesaria y aquellos que voten no, serán los que tendrán que dar más explicaciones, porque es inexplicable querer dejarnos en aquella estación donde nos situó Rajoy y en la que o tenías pasta para poder viajar en primera, o tu tren nadie sabía si algún día iba a salir.