El Periódico de Aragón

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Carolina González

El triángulo

Carolina González

Camareros, soldadores, mecánicos...

Después de un fin de semana de calor, tormentas y primeros chapuzones, llega el «final de» para muchos estudiantes e «inicio de» para los que eligen junio para comenzar las vacaciones. Unas semanas en las que deseamos que todo transcurra sin sobresaltos y miramos de reojo la tarjeta de crédito cuando llenamos el depósito. Esos días en los que si nos damos algún capricho –¡que para eso trabajamos el resto del año!–, merecemos disfrutarlo sin remordimientos.

Pero esta ilusionante estación estival puede convertirse en una tortura para algunos. Los que la viven como temporada alta, con sobrecarga de trabajo y horas extras por doquier. Últimamente se habla mucho de la escasez de camareros. Bares y restaurantes de la costa mediterránea están temblando porque no encuentran. En algunas zonas turísticas de Aragón, también. En estas mismas páginas leíamos este fin de semana la inquietud del sector hostelero por la falta de mano de obra para las fiestas patronales: 800 personas en Jaca y entre 800 y mil en la provincia de Teruel. Algunos empresarios, incluso, están intentando contratar personal en Colombia y traerlo hasta aquí.

El ministro José Luis Escrivá maneja un borrador para reformar la Ley de Extranjería e incorporar a miles de migrantes al mercado laboral. Su objetivo es paliar el déficit de perfiles profesionales en sectores como ese. La reacción de los sindicatos ha sido airada, aseguran que es una propuesta «clasista» que responde más a intereses económicos que a las necesidades de los trabajadores.

Los motivos de la falta de trabajadores en determinados ámbitos son muchos y variados: precariedad, temporalidad, fuga a profesiones mejor remuneradas... Escasean camareros, pero también soldadores, mecánicos, gruistas o electricistas. La hasta hace poco denostada Formación Profesional se ha convertido en un potente nido de empleabilidad. Existen grados medios y superiores con un éxito aplastante: 8 de cada 10 alumnos encuentran trabajo en los primeros seis meses tras la graduación. Y no suelen ir acompañados de malas condiciones laborales. La transformación de esta parte del sistema educativo ha conseguido acompasar oferta y demanda. Está logrando que este tipo de estudios resulten más atractivos para los jóvenes y más útil para las empresas. La FP dual, si se orienta bien y se dota de medios, está demostrando ser un instrumento efectivo para acabar con las desorbitadas cifras de paro juvenil. Podría servir de ejemplo para todo lo demás. El mercado laboral, mejorado en sus condiciones y cifras desde el Ministerio de Trabajo, necesita igualmente una reforma de contenido, diálogo social y empatía. Que no solo de números vive el hombre.

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