EL TRIÁNGULO

Hablemos de Aragón

Carolina González

Carolina González

Estos días de campaña electoral escuchamos propuestas variopintas. Destinar por ley un porcentaje del PIB a conciliación, construir viviendas protegidas, una mesa de la nieve, un impuesto que grave los parques eólicos, una facultad de Medicina en Teruel para paliar la despoblación... Ustedes juzgarán si son creíbles, hipócritas u oportunistas. Afortunadamente en Aragón no se ha planteado eso de poner una maceta en cada balcón para ganar sostenibilidad y eficiencia. Parece que aquí, a grandes rasgos, hay un poco más de nivel.

Más allá de extravagancias y de las ganas de protagonismo de algún líder político, tienen razón aquellos que están peleando porque en unas elecciones autonómicas y municipales se hable de los problemas y las necesidades de Aragón y los pueblos. Bildu, Cataluña o Madrid son polémicas recurrentes que dan mucho juego y generan muchos titulares. Polarizan a los ciudadanos ya radicalizados previamente y hacen equipo con los suyos, como suele decirse en términos deportivos. Nada más. La liga que nos ocupa se juega en casa. Ya habrá tiempo para darle vueltas a la madeja nacional.

No cabe duda de que sí nos afectan las posiciones de los partidos en determinados temas de ámbito nacional como el trasvase del Ebro, la sequía, el cambio climático o algunos impuestos, pero de ahí a distraernos intencionadamente por caminos que no conducen a nada, bajo ningún concepto.

Queda muy manido eso de que en los comicios municipales se vota a la persona y no al partido, pero es absolutamente real. Algo influyen las siglas, sin embargo determina mucho más el tipo de proyecto que el candidato de turno plantea para el pueblo. Es la política de proximidad, para lo bueno y lo malo, que cambia el día a día de todos nosotros: las calles que va a arreglar, las ordenanzas que regulan la convivencia, el polideportivo o las piscinas que quieren construir... Por eso no extraña a nadie a estas alturas que un mismo candidato se haya presentado por varios partidos. La política local es otra división, probablemente más complicada y evidentemente más directa; en la cola del pan se puede fiscalizar al alcalde y pedirle explicaciones por una cosa u otra.

Menos mal que en esta tierra no nos dejamos avasallar por los designios partidistas nacionales. Será por eso de que Aragón es tierra de pactos, de diálogo, de consensos... Afortunadamente parece que llegan lluvias, al menos eso dicen las predicciones meteorológicas, que aliviarán los campos secos y llenarán algo los embalses. Sobre lo que cae del cielo nadie se atribuye el mérito, al menos de momento, aunque me temo que nos queda mucho por ver.

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