Zaragoza no tiene quien la quiera

Ángela Labordeta

Ángela Labordeta

La noche en la que se retransmitía en Aragón Televisión el debate entre los candidatos a presidir el Gobierno de Aragón no me encontraba en Zaragoza ni en ninguna de las comarcas aragonesas, mi cuerpo andaba por tierras vecinas y al tiempo extranjeras, por lo que no pude escuchar ni valorar a los candidatos. A mi regreso fue una de las primeras cosas que hice, programar la tele para ver y escuchar el debate; no diré si el planteamiento me pareció bueno o malo, poco más se podía hacer en un debate a nueve con tiempos marcados y temas cerrados. Sí diré que hubo dos cosas que me sorprendieron; la primera de ellas la valoro como un éxito de Aragón Existe y es que solo la candidata de Unidas Podemos, Maru Díaz, se refirió a la ciudad de Zaragoza, que no olvidemos acoge a más del 50% de los habitantes de Aragón, en un debate donde el Aragón vaciado fue el protagonista por excelencia en una cuestión que casi parecía de honor y que en algunos momentos llevó a algunos de los candidatos a rozar el ridículo; la segunda fue la postura de Jorge Azcón, en línea con sus jefes madrileños, acusando al presidente Lambán de la ley del solo sí es sí y de pactar con EH Bildu en consonancia con aquellos que siguen queriendo rescribir la historia y así argumentar que ETA sigue viva y coleando con alusiones del todo innecesarias 12 años después de la desaparición de la banda terrorista. Pero de eso se trata la política, de justificar lo injustificable o de argumentar lo no argumentable a base de miedos comunes y de preguntas lanzadas al aire, esperando que la respuesta no sea otra que la que devuelve un recuerdo de sangre y horror.

Por lo demás el debate discurrió con educación y con intervenciones más acertadas por la manera de afrontar los temas y sus posibles soluciones. Desde mi punto de vista estas fueron las que protagonizaron la candidata de Unidas Podemos y los del PSOE, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida, sin grandes oratorias, y las hubo menos acertadas por la reincidencia y porque el discurso era básicamente emocional y desde mi punto de vista estas fueron las protagonizadas por los candidatos del Partido Popular y de Ciudadanos.

En el lugar del Aragón vaciado, al que todos se sumaron como si se tratara de la gallina de los huevos de oro y que de alguna forma lo es por la Ley d´Hondt, hubo tres candidatos que parecía que cogían vuelo, si bien acabaron quebrando unos más que otros, sin entender que Aragón también es Zaragoza, que parece que no tiene quien la quiera.

Fue un debate plano, con innumerables lugares comunes y donde la política se ausentó para dar paso a un déjà vu muy masculino en el sentido más literal de la palabra.

Suscríbete para seguir leyendo