El flamante nuevo presidente de la Federación Aragonesa de Atletismo (FAA) --fue elegido en diciembre-- es optimista por naturaleza. Más aún, es un entusiasta nato. Y desde muy joven, cuando casi sin avisar sorprendió a todos en el patio de Corazonistas haciendo ¡marcha atlética!, una disciplina dentro del atletismo con menos renombre que otras.

Jordi Llopart y Josep Marín encumbraron con sus éxitos la marcha atlética en España en aquellos años 80, pero en el fondo había muy pocos que la practicaran en serio. Uno de ellos, claro, era Alberto Pallarés, que llegó a acumular después, entre otros logros y galardones, 13 metales nacionales en su carrera deportiva.

En un patio en el que, como en todos los colegios de ayer, hoy y siempre, el balón de fútbol era el rey, Alberto superó sin demasiados problemas y con su entusiasmo habitual ser "el raro" del grupo. Más aún, por su entrañable y divertida forma de ser se convirtió en el amigo de todos, en el nexo que uniría a una generación que aún hoy le adora (actualmente hay un numeroso grupo de whatsapp de la generación de Corazonistas nacida en el 70 que probablemente no existiría sin él).

Un equipazo

Un equipazoHan pasado más de 30 años y todavía se le ve de vez en cuando exhibir ese peculiar estilo de correr que representa la marcha por las riberas del Ebro. "Siempre que tengo tiempo", dice ahora, mientras trata de asentarse como máximo responsable de de una federación aragonesa en la que hay mucho ("muchísimo", recalca Alberto) por hacer. "Menos mal que tengo un equipazo, si no esto sería imposible", insiste varias veces a lo largo de una conversación en la que indefectiblemente destaca a Isabel Macías, su mano derecha, y Luis Alberto Marco. "Si estoy ilusionado es porque la gente que está conmigo también lo está. Saben lo que quieren. Ahora falta saber si todas las dificultades que tenemos por delante, empezando por la falta de apoyo institucional, nos dejarán o no llevarlo a cabo. Pero vamos a intentarlo".

Alberto ha sido de los primeros esta semana en hacerse con un dorsal de la segunda edición de la Rainbow Run Aragón, como presiente de la FAA y "como ciudadano normal", matiza. "Como responsable de la federación quiero animar a la gente a participar en esta carrera digital, ya sea corriendo o andando, que caminar también es atletismo. El deporte es algo maravilloso, el atletismo ya ni te cuento y si encima hay una buena causa por el medio, tenemos el círculo cerrado", relata. Y como "ciudadano normal", poco hay que añadir a esto: "Hay que ayudar siempre que se pueda, claro. Siempre hay una forma de ayudar".