El Real Zaragoza completó ante el Girona un partido notable, de merecida victoria y de gran remontada que se le escurrió entre los dedos, con un empate injusto como lo fue la derrota ante el Albacete. Un punto de seis en La Romareda cuando el mérito contraído era de hacer pleno porque en ambos encuentros el Zaragoza fue mejor ofensivamente que su rival. Contra el Girona lo fue con una apuesta valiente y competitiva de Víctor en la que Puado, en su estreno en casa, demostró que puede ofrecer muchas cosas en ataque.

El delantero barcelonés anotó un gol, su primero aquí. de sutil toque de tacón a centro de Soro, y generó un penalti por manos de Ramalho como balance grueso, pero en lo que menos se ve fue vertical siempre, se ofreció y peleó en un generoso esfuerzo en el que también se unieron Soro, hiperactivo y trabajador, y un Álex Blanco en su mejor versión como titular, esta vez sí en su banda, la izquierda. Y, por supuesto, Luis Suárez, autor de dos goles, uno lleno de fe en la presión sobre Juan Carlos para meter en el partido al Zaragoza y otro plagado de responsabilidad desde la pena máxima, tras haber fallado las dos últimas.

Al Zaragoza le falta un 9 y el club quiere que sea Darío Poveda. Es indudable que ese ariete es necesario, pero también que el ataque zaragocista, en su versión actual y con la llegada de Puado, ofrece alternativas muy válidas, algunas a las que se espera, como Kagawa, sin minutos ante el Girona, y otras algo descabalgadas y en la rampa de salida, como Pombo, castigado por Víctor, y Papu, que sigue dejando pasar trenes.

Buena conexión con Luis Suárez

Puado, por el contrario, lo cogió en Vallecas con una convicción que mantuvo y mejoró ante el Girona. Si ante el Rayo ofreció sacrificio y despliegue para ayudar en defensa y tuvo una ocasión que se le fue al limbo, en su segunda aparición en el once, formando por detrás de Luis Suárez, su partido global fue notable. Por cierto, con el ariete colombiano en sus dos primeras semanas en el Zaragoza es con quien más ha congeniado en ese vestuario. Una estupenda noticia porque esa conexión se vio en el campo, en el enorme despliegue de ambos y en las dudas que generaron al rival con su esfuerzo.

El jugador cedido por el Espanyol comenzó el partido con un remate de cabeza desviado a centro de Delmás y protestando una acción de Granell con él en el área, pero su mejor versión llegó en la segunda parte, con un gol lleno de calidad tras una jugada magnífica del Zaragoza. La inició Guti, de nuevo tremendo en el medio, la continuó Luis Suárez y Soro puso un balón que Puado remató de tacón con la derecha despistando por completo a Juan Carlos.

Pudo marcar el delantero catalán otro gol en una cabalgada de Soro en la que buscó bien el hueco para rematar después alto y provocó acto seguido el penalti que transformó Suárez con un control que Ramalho tocó con la mano. Los calambres por su derroche le arrancaron del partido en la recta final, pero Puado se marchó con la seguridad de haber cumplido de sobra en su estreno ante la que es su afición hasta junio. Ya nadie puede dudar de que en él hay un jugador que puede aportar muchas cosas.

El Zaragoza, con tres goles, con 17 remates, seis a puerta y con un 57% de posesión, firmó un muy buen balance en ataque, una gran señal, mostrando un inicio de segunda parte de clara superioridad ante un Girona que tiene cuatro veces su límite salarial. Con esa fe para levantar un 0-2, con esa capacidad ofensiva, con el gen competitivo capaz de superar adversidades y lesiones que ha mostrado en los últimos partidos se puede llegar muy lejos. Este Zaragoza ya es indiscutible que se ha levantado de la grave crisis que sufrió. Ha recuperado fútbol, mantiene el hambre y la fe de un ariete estelar como Luis Suárez y ha visto cómo varios jugadores han dado un paso al frente, entre ellos un recién llegado que no es solo un fichaje, es un buen refuerzo.