Avelino tomaba asiento en la grada principal de El Plantío. Cerca de él estaba Joaquim Rifé, mito del Barcelona que por aquel 1976 estaba trabajando en el cuadro técnico del club culé. A cada uno de ellos le había traído hasta Burgos un jugador en especial. Al representante catalán le gustaba mucho el guardameta Manzanedo, que años después dejaría su huella en el Valencia. Este no era el objetivo del secretario técnico zaragocista. Él tenía sus ojos puestos en un veinteañero de complexión fibrosa que levantaba repetidas exclamaciones de júbilo en la grada con sus fintas de seda.

En aquel partido el Burgos dio un nuevo golpetazo en la tabla con un 2-0 ante el Real Murcia. Todos coincidían. El mejor había sido el de la banda derecha, Juanito. El primer gol nació de una acción suya. Regateó a dos jugadores granas hasta que lo derribaron al borde del área. Tomó la pelota y, en vez de tirar a portería, le lanzó un pase a Kresic que sorprendió a los defensas con un tiro al fondo de la red. Avelino Chaves apuntaba en su cuaderno de notas. De pronto, mientras escribía, el público se puso en pie tras un caño a otro futbolista visitante. El fuengiroleño se sentía en el patio del colegio. No solo se divirtió con su estilo osado y lleno de frescura infantil, sino que marcó el segundo gol tras rematar a placer el pase de la muerte de Cos. Terminó el partido y los jugadores burgaleses se abrazaron. Sabían que su destino era ascender a Primera. En la zona de autoridades, el responsable de los fichajes zaragocistas guardaba los papeles en su maletín de cuero. Se llevaba una impresión muy positiva.

A los pocos días comenzó a redactar el informe. «Tiene cualidades de un extremo nato. Es muy hábil con el balón. Domina con soltura el amago, la finta y el dribling. Entra en el área con decisión. No marca muchos goles, pero los facilita. Tiene un defecto difícil de corregir, que es el poco control de sí mismo, por lo que le expulsan con demasiada frecuencia», redactó Avelino Chaves con su prodigioso ojo para los jugadores. El documento pedía el fichaje. «Es un buen jugador para cualquier club. Si su traspaso no es desorbitado se puede hacer». Esta labor de scouting, más propia de alguna década posterior, fue la base de una operación que tomó mucha fuerza cuando el Real Zaragoza hizo oficial la incorporación de Lucien Muller al banquillo de La Romareda. El mismo entrenador que había ascendido al Burgos a Primera y uno de los maestros de Juanito.

Mientras el Atlético de Madrid se tiraba de los pelos por haber dejado escapar a Juanito años atrás, Muller se mostraba sincero durante aquel mercado veraniego de 1976 en la revista Don Balón: «Yo le he aconsejado al presidente Zalba que lo compre. La operación se puede dar en 40 millones de pesetas. Los vale. El problema puede radicar en que el Real Zaragoza no pueda pagarlos». Todas las partes coincidían en acometer el fichaje, pero la cantidad que pedía el conjunto burgalés se escapaba de los parámetros económicos que manejaba en aquella época el club aragonés. «Nosotros no fichábamos por tanto dinero, salvo que fuera una ocasión especial», rememora José Ángel Zalba.

La incorporación no se llevó a cabo al no haber liquidez suficiente para acercarse a las pretensiones del Burgos. Fue el mismo verano en el que el Real Zaragoza firmó a Jordao, uno de las incorporaciones más deslumbrantes de su historia. El propio Muller, al ver que no podía traerse a su hijo pródigo a La Romareda, aconsejó unos meses después a Santiago Bernabéu que fichase a Juanito. Tras valorarlo y verle en directo, el Real Madrid le firmó en el mes de noviembre de ese mismo año por una cantidad cercana a los 30 millones de pesetas. Cifra muy por debajo de lo que le pedían al club aragonés. Todo por el presidente burgalés, Martínez Laredo, socio y fervoroso hincha blanco; ansioso de acercarse a la entidad madridista. Terminaba así una de las muchas aspiraciones de aquella secretaría técnica blanquilla; siempre soñando por encima de las posibilidades del club. Referencia del fútbol español, conocida en Europa y afamada por todo el continente americano.