A Burgui el parón por el coronavirus le pilló con poco más de un mes en la plantilla zaragocista tras llegar en febrero cedido por el Deportivo Alavés para ocupar la plaza del lesionado Javi Ros. “Desde el primer día me encontré un vestuario increíble, con mucha humildad en todos los compañeros. Nadie mira solo por sí mismo aquí sino que se mira el colectivo. Me siento muy feliz de estar aquí, de la oportunidad que me ha dado el Zaragoza y la lástima es que paramos en el mejor momento en que nos encontrábamos, pero cuando se vuelva a la normalidad estaremos igual de bien”, sentenció el jugador extremeño, que tiene claro su mensaje para los zaragocistas. “Que tengan paciencia, que esto pasará, esperemos que sea pronto. Que sigan esperando porque seguramente cuando esto vuelva a la normalidad les daremos lo que están deseando”, señaló, en referencia sin mencionarlo al ascenso a Primera.

Tras dos semanas ya de la cuarentena en casa, el extremo zaragocista reconoce que “estamos viviendo algo que nunca había pasado y nos ha pillado a todos. Cuando veías que pasaba en China pensabas que no podía suceder aquí, pero ha pasado. De hecho, ahora en China ya se están recuperando y vuelven a hacer vida normal dentro de lo que cabe y, si hacemos lo mismo, haremos que esto pase pronto”, sentencia.

Con el trabajo mandado por los dos preparadores físicos del equipo, Roberto Cabellud y Javier Chocarro, el futbolista admite que se está haciendo llevadera esa preparación en un ambiente distinto al habitual: “Tengo una máquina de correr y nos hacen videollamadas los preparadores físicos y entrenamos con ellos. Nos está viniendo bien para pasar un buen rato y mantener la forma”. Aún así, lo que peor lleva es no poder compartir vestuario y césped con sus compañeros. “Se hace un poco duro porque el contacto diario con los compañeros se echa de menos. Es lo que toca, colaborando todos antes pasará esto y antes disfrutaremos de la vida normal que llevábamos cada uno”.

Las horas en casa pasan entre el ejercicio y las rutinas y también “hago videollamadas con mi familia y amigos, que los tengo muy lejos y los echo de menos. Estoy con mi perrilla e intento pasar las horas para que no se me haga muy largo el día. Procuro realizar rutinas y de momento lo estoy llevando bien”, indica Burgui, para reflexionar sobre las cosas que pone en valor la actual situación de confinamiento: “Las pequeñas cosas que antes no les dábamos importancia ahora las valoramos el doble. Los detalles marcan la diferencia y hay que valorarlos. Esta enfermedad se ha llevado a mucha gente de forma injusta, nos ha hecho mucho daño, pero entre todos vamos a lograr salir de esto”.

Por último, el extremo deja claro su deseo de volver a una Romareda de la que tan apenas ha podido disfrutar, ya que “estoy deseando volver a entrenar y a jugar, hay que tener paciencia. He jugado cinco partidos y cuatro han sido fuera de casa, solo pude estar en La Romareda ante el Deportivo y fue un ambiente increíble. Seguro que vendrán muchos partidos más con ese ambiente y que eso nos ayudará a lograr el objetivo".