LA OPINIÓN DE SERGIO PÉREZ

La salvación, el 66% de JIM y el guante de Ander

La salvación, el 66% de JIM y el guante de Ander

La salvación, el 66% de JIM y el guante de Ander

SERGIO PÉREZ

Lo que antes sabía a gloria, ahora deja un regusto amargo. Así fue el punto que el Real Zaragoza sumó en Sabadell, donde merodeó la victoria, la acarició, la tuvo a tiro de once metros pero finalmente no la logró. El punto hay que catalogarlo como bueno en la búsqueda del objetivo al que los días y la concatenación de errores han condenado al equipo: la salvación. Y es menos bueno para los soñadores, que qué sería del fútbol sin ellos y sin esa magia irracional.

Una semana más, Juan Ignacio Martínez consolidó su trabajo, con el resultado visto: seriedad como grupo, mucha energía, un once muy definido y continuista, competitividad constante, orden defensivo colectivo y capacidad para generar varias oportunidades de gol en cada partido. Los datos explican con rotundidad y absoluta claridad lo que está haciendo JIM. El entrenador alicantino ha sumado el 66,6% de los puntos desde que llegó (14 de 21), un ritmo superior al que ha llevado, por ejemplo, el Espanyol en lo que va de Liga (63,8%) y no tan lejos del destacado líder, el Mallorca (70,8%). JIM recogió el equipo a cuatro puntos de la zona de permanencia y lo tiene ahora dos por encima. El calendario le ha sido favorable, pero lo ha sabido aprovechar.

De aquí al final de la temporada, su misión más realista es esa: conseguir una permanencia tranquila y acabar la Liga mirando más hacia arriba que hacia abajo. En estos momentos, todas las fuerzas del club deben empujar únicamente en esa dirección, hasta que las matemáticas concedan el alivio definitivo. Si el propósito se logra, ya llegará el verano y la SAD, que con el simple fichaje de Miguel Torrecilla contestó muchas preguntas en un solo movimiento, tendrá tiempo de cuestionarse qué quiere, si es que quiere algo, cómo lo quiere y con quién.

Esta semana, Ander Herrera, que capitanea junto a César Sánchez un grupo cuyo deseo no escondido es entrar en el accionariado, volvió a lanzar públicamente el guante a la actual propiedad. En estos ocho años de larga penitencia en Segunda, al Real Zaragoza no le ha dado para dar el salto. Lo ha intuido en varias ocasiones pero no ha sabido materializarlo, repitiendo errores y decepciones.

Si la salvación se consuma, como la trayectoria con JIM parece dibujar, el verano debería ser tiempo para abrir horizontes, explorar otras vías y andar nuevos caminos. Aparcando los intereses particulares, que en lo que nos ocupa los ha habido, los hay y los seguirá habiendo, como en cualquier orden empresarial, y priorizando el bien común. Buscando nuevas fórmulas económicas para que el Real Zaragoza tenga otro músculo financiero, con más billetes y un número mayor de opciones de ascender a Primera.

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