El regreso de los aficionados a los estadios de fútbol parece más cercano que nunca después de más de un año de competición a puerta cerrada. Será la evolución de la pandemia y, sobre todo, de la vacunación, la que marcará el camino, pero el Gobierno estatal ya se plantea la posibilidad de abrir la puerta de los campos a un porcentaje de aficionados (el 25% del aforo total), con el fin de semana d 8 y 9 de mayo (cuando decae el estado de alarma) como fecha más plausible. Los dos clubs aragoneses, Real Zaragoza y Huesca, están listos. Y los aficionados también.

Este martes, la portavoz del Gobierno central, María Jesús Montero, aseguró, en este sentido, que la decisión se adoptará «de acuerdo a lo que dicten las autoridades técnicas y sanitarias» y confirmó que en estos momentos se trabaja para revisar cuestiones como alcanzar determinados niveles de vacunación y que pueda hacerse de forma segura. «Ahora mismo no estamos en condiciones de confirmar ninguna cuestión, pero sí de saber que se está trabajando en esos entornos revisando todas estas cuestiones que estaban pendientes de que los niveles de vacunación llegaran a un determinado umbral para poder celebrar con una cierta seguridad actos con una presencia ya de un público».

Es, precisamente, esa ausencia de notificación oficial la que provoca que tanto Real Zaragoza como Huesca eviten pronunciarse en este sentido, pero ambos aseguran estar preparados por si Sanidad acaba dando luz verde a la vuelta del público a los estadios en la recta final de Primera (Huesca) y Segunda (Zaragoza). De hecho, el club azulgrana abrió El Alcoraz a su filial para la disputa del playoff de ascenso a Segunda RFEF, algo que el Real Zaragoza llevará a cabo el próximo domingo con La Romareda, que albergará el duelo entre el Deportivo Aragón y el Barbastro.

Fútbol (Primera y Segunda División) y baloncesto (Liga ACB) de élite son, por ahora, las únicas competiciones que se disputan todavía a puerta cerrada al depender la decisión del Consejo Superior de Deportes (CSD). El resto de deportes y niveles cuentan ya con público en la comunidad desde que la DGA accedió a ello a finales de febrero.  

El protocolo

Ahora, la posible reapertura de los estadios pone a prueba a los clubs, que, en todo caso, disponen del protocolo elaborado por LaLiga en el que se exponen los requisitos, exigencias y directrices para abordar un regreso seguro de los aficionados. En este texto, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, se establecen cuestiones que ya se han puesto en marcha a raíz de la apertura de La Romareda o El Alcoraz para acoger los partidos de los filiales. Entre ellas, la digitalización de todo el proceso de asignación de entradas (nunca en papel) a través de la inscripción previa de aficionados interesados en acudir al estadio.

El protocolo, remitido a los clubs ya el pasado mes de junio y ligeramente matizado después, impone, por supuesto, la toma de temperatura (máximo de 37,5 grados) al entrar al campo, la señalización con una pegatina verde de los asientos disponibles, o la reserva de las primeras filas de las localidades situadas detrás de los banquillos para los suplentes y no convocados, así como para fotógrafos y cámaras en los fondos.

La disposición de geles hidroalcohólicos, la pertinente distancia de seguridad y el uso de la mascarilla presiden cualquier actuación. En cuanto a la ubicación en el campo, la reserva de asientos para no ser utilizados imposibilita que un abonado tenga asegurada su localidad, aunque sí estará ubicado lo más próximo posible a ella y en la zona del campo donde se haya abonado. Porque son los socios abonados, en el caso del Real Zaragoza, los que tendrán preferencia cuando se abra la puerta de los estadios. Si no se llenaran todas las plazas disponibles, se abriría el turno a socios no abonados.

JIM acostumbra al Zaragoza a una puerta cerrada que costó el ascenso


Cuando La Romareda volvió a acoger fútbol tras la paralización impuesta por la irrupción de la pandemia, ya nada fue lo mismo. Aquel 23 de febrero del 2020, el Zaragoza de Víctor Fernández ponía pie y medio en Primera tras derrotar al Deportivo (3-1) y obligaba a soñar a una afición entregada y convencida. Sin embargo, el virus acabó con todo. También con ese Zaragoza al que el fútbol a puerta cerrada le supuso un obstáculo insalvable. El equipo aragonés fue, sin duda, el más perjudicado por la ausencia de público.


Tras el parón, el Zaragoza encadenó cinco derrotas consecutivas en casa que dilapidaron sus opciones de ascenso. También cayó contra el Elche en el ‘playoff’. Solo con JIM el equipo aragonés parece haberse acostumbrado al fútbol sin gente. Seis victorias, dos empates y una derrota con el alicantino mantienen en pie a una escuadra que tiene en su afición un valor añadido. Desde que se cerró la puerta, el Zaragoza ha jugado 25 partidos en casa, de los que ha ganado 9, ha empatado 6 y ha perdido 10 (4 de ellos esta campaña).

El protocolo presta especial atención a los accesos al estadio apelando a la «coordinación» con la Administración competente para organizar la llegada de los aficionados, que quedarían divididos en grupos y cada uno de ellos tendría asignada una franja horaria. Un retraso de 15 minutos supondría esperar apartado y la salida sería por filas. «Tenemos muchas ganas de volver a La Romareda, y nos extraña que en otros sitios y en otros campos de Segunda B se permita entrar más gente que en Primera, pero, aunque admito que no esperaba volver hasta la próxima temporada, si la situación sanitaria lo permite, adelante», expone Pablo Palomar, presidente de la Asociación de Peñas del Real Zaragoza. 

En su caso, si Sanidad levanta el pulgar, su condición de socio abonado le otorgaría derecho a acceder al campo. «Si me cuadran las condiciones iría y, si no, me quedaría en casa. El problema está en los accesos y evitar aglomeraciones porque dentro del campo ya no habría problema. Creo que el equipo necesita más sentirse arropado que el aficionado volver», opina.