Justamente este lunes se cumplieron 26 años del hito de la Recopa. Una efeméride siempre bonita de evocar, que transporta a unos días de gloria a todo el que tuvo la suerte de disfrutarla, compartirla y celebrarla, pero que inmediatamente invita a recordar que del pasado no se vive, que este Real Zaragoza ha de mejorar su presente y construir un nuevo futuro. La conexión del entrenador de aquel equipo legendario con la actualidad no solo se circunscribe a su papel determinante en la hazaña de París sino en otro vínculo posterior y que, en otro contexto, de mayores penurias, le emparenta con el técnico que rige los destinos del club en estos momentos.

En dos misiones parecidas, de salvación y estricta supervivencia, Juan Ignacio Martínez y Víctor Fernández consiguieron los mismos puntos en el mismo número de jornadas en esta temporada que todavía no ha acabado con el objetivo conquistado y en la 18-19, en la que el preparador zaragozano firmó una permanencia de enorme mérito. 31 puntos en 20 partidos, que sirvieron entonces para huir de la zona de descenso (un punto por debajo de la línea del miedo cuando llegó Víctor y cuatro cuando apareció JIM este pasado invierno) y que, por ahora, están ayudando para lo mismo en la campaña en curso.

Víctor Fernández, en la temporada 2018-2019 en el estadio municipal. JAIME GALINDO

Con dos libros de estilo opuestos y modelos antagónicos, del fútbol de ataque y abiertamente ofensivo al fútbol de contención y abiertamente cerrado, con dos personalidades diferentes y con poco que ver entre ellos, el resultado exitoso que obtuvo Fernández y el que está consiguiendo Martínez les hermana con un objetivo común: el auxilio al Real Zaragoza en una situación de emergencia.