Curtido en mil batallas, el capitán del Real Zaragoza vigila la espalda mientras mira al frente. Alberto Zapater es consciente de que el objetivo está cerca, pero rechaza cualquier atisbo de exceso de confianza porque, simplemente, no hay motivos para ello. La amenaza del descenso continúa al acecho de un equipo aragonés que el sábado afronta, seguramente, el partido más importante de su historia reciente ante un rival con los deberes hechos pero cuya fiabilidad en casa anuncia dificultades. "No me fío de nadie. Debería notarse en el campo que hay un equipo que se juega más que el otro, pero a veces esa presión juega en contra y el que se juega menos está más tranquilo y liberado, lo que le hace desenvolverse mejor", advierte el ejeano.

Será la gran final para un Zaragoza que, en caso de hacerse con la victoria, daría un paso casi definitivo hacia la permanencia. Una cita clave. "Llevamos mucho tiempo jugando finales y eso desgasta, pero tenemos claro que hay que ganar en Las Palmas porque si esperamos al final nos puede dar algo", afirma Zapater, que valora, eso sí, el punto sumado el sábado ante el Espanyol. "Ahora un punto puede ser oro y hemos aprendido a valorar cada uno que sumamos, algo que no se hacía en octubre porque el objetivo era otro. Pero lo que está claro es que si ganamos en Las Palmas no tendremos que mirar a nadie más y que la tarea la tienes que hacer tú porque la quiniela no te va a salir perfecta todas las semanas. Necesitamos ganar", indica el canterano, que admite estar pendiente de los partidos de los rivales. "Los veo todos y a veces los quito. Claro que estoy atento, pero no sé cuántos puntos harán falta al final".

A estas alturas, con cuatro partidos por disputar en muy pocos días, la delicada situación clasificatoria, con apenas tres puntos de renta sobre el descenso, obliga a evitar cualquier tropiezo que podría resultar letal. "Se podría decir que estamos en una situación privilegiada y que cualquiera de los ocho últimos se cambiaría por nosotros, pero queda muy poco y debemos sacar esto cuanto antes" incide Zapater, que no concede demasiada relevancia a la mala trayectoria del equipo como visitante de cara a la trascendental visita a las islas. "Las estadísticas están para romperlas. Sinceramente, no soy consciente de que somos de los peores visitantes de la categoría, pero es que tampoco creo que, a puerta cerrada, sea muy distinto jugar en casa o fuera. No tiene tanta importancia, desde luego, y nosotros solo pensamos en ganar en Las Palmas", reitera.

El centrocampista afronta el tramo final del campeonato instalado en una titularidad de la que se ha apoderado. De hecho, el ejeano es el único integrante de la medular que ha formado parte del once inicial en los doce últimos partidos. "Afronto el año pensando en el día a día. De la rodilla ni me acuerdo, la espalda me dio un poco la lata hace poco y el abductor la semana pasada pero ahora nada. Está claro que el futbolista necesita jugar y yo sabía lo que necesitaba, pero lo importante es el equipo y que el que salga ayude. Ahora me toca aportar y tengo la ilusión de seguir haciéndolo. Solo pienso en Las Palmas".