Se ha tirado el Real Zaragoza la mayor parte de la Liga jugando finales, casi desde que el proyecto de este año, allá por septiembre, empezó sin carburar y con graves deficiencias estructurales en la plantilla y la fallida apuesta por Baraja no subsanada después con Iván Martínez. El aterrizaje de Juan Ignacio Martínez fue una bendición para un equipo roto, desnortado y en descenso y que ha hecho una maravillosa reacción, cimentada en 37 puntos en 22 citas ligueras, que le permite acudir este domingo a Son Moix (18.15 horas. Gol y Aragón TV), en la última salida de la temporada, ante un Mallorca ascendido con los deberes hechos, con la vital permanencia en Segunda, palabras que en sí ya recogen el terrible momento de una SAD donde se esperan cambios en breve, para que el choque ante sea solo para disfrutar, con la tensión ya rebajada y con la idea de mantener el espíritu competitivo.

Así se lo ha pedido JIM a sus jugadores, tanto en Mallorca como ante el Leganés en el epílogo liguero, sabiendo que la mente invita a la desconexión una vez logrado el objetivo si antes han sido toneladas de nervios y de angustia las que ha arrastrado el equipo. Sin esas amarras de la presión jugará el Zaragoza en Son Moix, donde lo hará con público, ante 4.000 aficionados, al estar Baleares en la fase 1, y ante un rival que ha pasado la semana entre fiestas y homenajes desde que el martes selló el retorno a Primera tras la derrota ante el Almería. Aun con ellas fue capaz de doblegar al Tenerife, lo que ya es un aviso para este Zaragoza que acude a la cita tras jugar y sellar la salvación el jueves ante el Castellón porque el partido en Mallorca se adelantó en la pelea por el solo honorífico título de campeón de Segunda, en la que el Espanyol aventaja en tres puntos a los de Luis García.

Eso, los euros que hay en juego en función de la clasificación y la honrilla y el orgullo deportivo es lo único que se pone en juego en Son Moix en un duelo intrascendente para este equipo zaragocista ya más centrado en el futuro, en los necesarios cambios en la SAD y en la continuidad de JIM, que en el presente. Llega, además, justo de gasolina y con varias bajas, como Eguaras, Atienza, Adrián, Ros y Alegría. Además, Bermejo o Peybernes acabaron tocados ante el Castellón, ya que se tuvieron que retirar, y apuntan de salida al banquillo, como también jugadores muy castigados en minutos como Narváez, que ha arrastrado molestias en el tobillo las últimas semanas, o Zapater.

Rotaciones y lluvia

JIM ya avisó que iba a rotar en esta semana con tres partidos y lo hizo antes de saber que al choque en Mallorca, donde las previsiones hablan de lluvia abundante, llegaría con todo el pescado vendido. Así, los cambios aún serán mayores de los previstos. Jair, tras su sanción, es fijo en el eje, y Vigaray retornaría al lateral tras su descanso ante el Castellón, también parece factible la vuelta de Zanimacchia o de James y hasta que Sanabria tenga una oportunidad en el trivote en la medular y no en la banda. Arriba, los méritos justifican que siga Iván Azón, pero no es descartable que JIM premie el trabajo de Vuckic.

Luis García dijo que en el Mallorca jugarán los más habituales después de las rotaciones en Tenerife y el potencial de esa plantilla, con exzaragocistas como Febas o Galarreta, está acreditado por su extraordinaria temporada y por el poderoso argumento económico. Retorna a Primera un año después de bajar el Mallorca y este domingo lo celebrará ante su gente, mientras el Zaragoza suspira de alivio por su premio menor de la permanencia, pero al menos puede disfrutar jugando las dos jornadas que restan tras tanta agonía.  

Alineaciones probables

Mallorca: Reina; Joan Sastre, Valjent, Raíllo, Oliván; Antonio Sánchez, Ruiz de Galarreta, Salva Sevilla, Dani Rodríguez; Amath y Abdón Prats.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Francés, Jair, Nieto; Zanimacchia, Francho, James, Sanabria, Chavarría; e Iván Azón.

Árbitro: Gálvez Rascón (Comité Madrileño).

Estadio: Visit Mallorca.