El Real Zaragoza vive una situación anómala a estas alturas de partido. Los máximos responsables de la parcela deportiva, director técnico y entrenador, trabajan ya para perfilar la próxima temporada pero lo hacen con el freno de mano echado porque todo depende de lo que suceda con la propiedad del club. Los actuales máximos accionistas de la entidad continúan negociando la llegada de capital, una operación que no puede tardar en cristalizar y que alteraría el actual reparto accionarial y, por tanto, de poder.

Las opciones son varias, desde una salida de todos los patronos de la Fundación, de solo uno o algunos de ellos o la ayuda de un fondo o unos inversores que simplemente supongan una inyección económica pero no un cambio de calado en la propiedad. Tres fondos de inversión americanos se han interesado por el Real Zaragoza y otros clubs españoles. También Ander Herrera y César Sánchez negociaron tanto el pasado verano como en diciembre y estuvieron cerca de entrar, pero finalmente no hubo acuerdo.

La Fundación Zaragoza 2032 controla el 91,26% de las acciones, aunque hace tiempo que dejó de ser un ente unido. El máximo accionista es César Alierta con Prado de Altaoja, puesto que controla un 49% del capital social que asciende al 50,56% con las acciones de su sobrino y vicepresidente, Fernando Sainz de Varanda. Los Yarza (Gredinco), Carlos Iribarren (Tecnoiragin) y Juan Forcén (Sport Around The World), suman el 40,38% restante con un 13,46% del capital cada una de las partes. La salida de uno o varios de ellos cambiaría el reparto accionarial y, con él, el control del club.

El dinero

La entrada de capital afectaría también a otra cuestión no menos importante para el futuro deportivo, como es el límite salarial del que dispondría Miguel Torrecilla para confeccionar la plantilla. Ahora mismo, la previsión es que ese margen sea aún menor que el del curso recién terminado, pero el refuerzo del músculo financiero del club podría servir para saldar deudas inmediatas y aumentar ese límite. Si no se produce ningún cambio, el club tendrá que vender otra vez a alguno de sus mejores activos. El déficit de caja de esta temporada roza los 14 millones de euros y a 30 de junio vencen unas deudas de 4,32 millones. Además sigue pendiente el pago del concurso y a Hacienda, aunque la entidad solicitó una nueva modificación del convenio que tiene muy bien encaminada.

Así las cosas, Torrecilla y JIM tienen que moverse a cámara lenta en este inicio de mercado veraniego. Ambos saben, porque así se lo ha comunicado el club, que continúan en sus puestos y están trabajando en ello, pero todavía no han podido culminar ninguna operación. El director deportivo ha comunicado ya a 12 futbolistas de la primera plantilla que no entran en los planes para el nuevo curso, pero quedan por resolver las salidas, cada una con sus particularidades.

También las renovaciones o incorporaciones. El director deportivo está hablando con los representantes de los futbolistas y avanzando en algunas cosas, como en una nueva cesión de Sanabria, que pertenece al Atlético, o en el fichaje de Peybernes por tres años. Pero ninguna de las dos operaciones ha podido rubricarse todavía, a la espera de ese posible y probable cambio en la propiedad que, en función del calado que tenga, puede cambiar la hoja de ruta del futuro más inmediato.

LA ÚNICA OPERACIÓN CERRADA ES LA RENOVACIÓN DE MARC AGUADO

El único movimiento de futuro que ha hecho el Real Zaragoza hasta la fecha ha sido la renovación de Marc Aguado y porque terminaba el plazo para ejecutar la cláusula unilateral de renovación que tenía el club. Es lo que hizo la entidad, activar esa opción y ampliar la vinculación del canterano dos temporadas más, hasta 2023 La previsión es que Aguado haga la pretemporada con el primer equipo pero que después salga cedido para tener minutos. El Andorra, donde ha militado esta pasada temporada, parece la primera opción para el jugador.