Ya en su primer mercado como director deportivo zaragocista Miguel Torrecilla dejó clara la intención de apostar sobre seguro, en terreno más conocido, y dejar de lado experimentos, que a veces salen muy bien y otras suponen tremendos fracasos. Llegaron Álex Alegría, cedido por el Mallorca y al que había subido al primer equipo del Betis y llevado al Sporting, y Peybernes, a préstamo del Almería y que ya lo había fichado para el club gijonés, mientras que Sanabria, en la cantera del Atlético de Madrid, no tenía la experiencia de la categoría de plata pero sí había una cercanía clara para evaluar sus posibilidades de rendimiento. De los tres, Sanabria y Peybernes tienen muchas opciones de seguir en el club aragonés y en ello trabaja el director deportivo. En este verano, la apuesta va a ser similar, con preferencia por jugadores que conozcan la categoría y que ya se sepa que han dado buen rendimiento en ella o por futbolistas jóvenes que llegan de Segunda B pero con posibilidades reales de crecimiento. La mirada a otros mercados, al balcánico, que ha sido muy del agrado de Torrecilla en otros clubs, o al africano, por ejemplo, va a ser difícil, o al menos por ahora es secundaria.

La regularidad en el rendimiento

En el plan trazado por el director deportivo y por Juan Ignacio Martínez hay, a expensas de las salidas, unos nueve fichajes en perspectiva: un portero, un lateral derecho, dos centrocampistas, dos extremos y tres delanteros. Eso, como mínimo. La idea es que la mayoría de esos refuerzos lleguen con la experiencia de haber jugado ya en Segunda, valorando mucho la regularidad en su rendimiento, que en su carrera no hayan tenido muchos dientes de sierra. Obviamente, hay posibilidades de alguna apuesta más lejana, sobre todo en el gol, ya que es de sobra conocido que es lo más caro en el mercado, pero no se quieren cometer los fallos garrafales de este año con el Toro, que no había triunfado en el Celta y no conocía la Segunda, o Vuckic, que no había jugado nunca en España y al que ahora hay que sacar sí o sí en este verano por su elevadísima ficha. Tampoco salió bien la apuesta en Zanimacchia, canterano de la Juve y al que le costó mucho la adaptación, quedando lejos del nivel que se le presuponía cuando arribó cedido, o por Larra, que había pisado el primer equipo del Athletic en 11 ocasiones y que llegaba de un buen papel en su filial pero que no ha demostrado sus condiciones para convertirse en otra salida obligada como la de Vuckic.

De hecho, los primeros nombres ya sacados de la extensa agenda de Torrecilla, con no menos de ocho jugadores por puesto a reforzar, indican que los tiros van a ir por ahí. Stoichkov (Mallorca), viene de tres temporadas en Segunda, en las dos últimas, con cesiones en el Alcorcón y en el Sabadell, con 27 goles en Liga entre ambas. Con el mediapunta gaditano se está a la espera de su rescisión con el club balear, aunque la competencia con él es máxima.

Stoichkov, Paulino o Víctor Gómez conocen ya la categoría y han dado un buen rendimiento en Segunda

El extremo Paulino (Logroñés) viene de una gran temporada en el club riojano, donde ha jugado 31 partidos para ser una de las sensaciones de la categoría y tiene la carta de libertad, además de a varios equipos como el Zaragoza deseando su fichaje, mientras que Víctor Gómez ha dado un salto adelante en su cesión desde el Espanyol al Mirandés, con una titularidad indiscutible en el lateral derecho. La otra vía es la de jugadores jóvenes que llegan desde la Segunda B, de filiales, y ahí encaja a la perfección la intención de repatriar al zaragozano Álex Millán para que sea una de las referencias del ataque zaragocista y que llegaría cedido por el Villarreal.

Torrecilla ya ha comunicado a varios de los agentes con los que se ha reunido esta semana que la preferencia es por futbolistas que conozcan la Segunda o al menos el fútbol español y que otras apuestas quedan en un plano más bajo, una idea en la que coincide de pleno con Juan Ignacio Martínez, que sabe que necesita futbolistas con poso en la categoría, que sepan el terreno que pisan y que el técnico vislumbre claramente el nivel que pueden dar.

El Zaragoza, en la época de Lalo Arantegui como director deportivo, optó  por algunas apuestas exóticas, con un rendimiento desigual, como Papu, Grippo, Buff, James Igbekeme, Jeison Medina, Bikoro o Etinof, cuyo fichaje no se consumó por un problema de corazón. Y también Torrecilla en sus etapas en el Sporting o en el Celta miró a mercados más lejanos. En el club gijonés acertó de pleno con Djuka o Scepovic, pero algo menos con Xandao, Neftali, Lod, Blackman o Murilo, mientras que en el Celta, en sus siete años en el club vigués, abrió la puerta a jugadores como Wass, Radoja o Kron-Dehli, de indiscutible valor, pero también a Park Chu-Young, Bongonda o Drazic, entre muchos otros.