En estos momentos de incertidumbre, a la espera de lo que sucede con la propiedad del club, hay una línea clara de trabajo en el Real Zaragoza, la apuesta por sus canteranos, bien para poder contar con ellos en el primer equipo, bien para poder sacar un notable rédito económico en caso de que acaben saliendo. Desde que terminó la temporada el único movimiento oficial del club ha sido la renovación de Marc Aguado por dos temporadas más. Y el siguiente debe ser Enrique Clemente. El central ya sabe que el Zaragoza quiere renovar su contrato, que termina en 2022.

El resto ya posee unas fichas acorde con su condición de jugadores del primer equipo y unas cláusulas de rescisión importantes para que no sea tan sencilla, ni sobre todo barata, su hipotética salida. Lo que ocurra o no ocurra con la propiedad en las próximas fechas marcará, entre otras muchas cosas, el límite salarial y la necesidad o no de volver a vender para cuadrar las cuentas. El déficit de caja de este año asciende a 14 millones de euros. Cuantas menos cosas sucedan más opciones habrá de que vuelva a salir otra de las joyas de la Ciudad Deportiva, como el año pasado ocurrió con Guti y antes con Soro, Pep Biel y Vallejo.

En principio, el Real Zaragoza tiene atados a sus canteranos en tiempo y también con importantes cláusulas de rescisión. Los únicos casos urgentes de resolver eran los de Aguado, porque la opción unilateral de renovación expiraba el día que la ejecutó el club, y el de Clemente porque termina contrato en 2022 y, tanto si va a estar en el primer equipo como si finalmente acabara cedido de nuevo, el Real Zaragoza debe asegurarse su continuidad y una opción de salida favorable a sus intereses.

El resto están más o menos blindados y con contratos hasta el 2024. Los tienen los tres canteranos que se han convertido en la columna vertebral del Real Zaragoza en la recta final de la temporada, Alejandro Francés, Francho Serrano e Iván Azón. Todos ellos han visto en los últimos meses cómo mejoraba su ficha al llegar al primer equipo y se situaba en torno a los 80.000 euros brutos, el sueldo mínimo en Segunda, si cumplen todos los objetivos. Por ahí tiene una opción de mejora el Real Zaragoza si quiere ampliar todavía más sus contratos.

Los precedentes

Las cláusulas de los tres son bastante importantes. La más baja es la de Francho Serrano, 8 millones en Segunda División que hubieran sido 30 en caso de ascenso a la máxima categoría. En el caso tanto de Francés como de Iván Azón, su salida está cifrada en 10 millones en Segunda División y el doble en Primera. Por ejemplo, el Elche pagó cinco millones por Guti el verano pasado, otros tantos desembolsó el Copenhague por Pep Biel hace dos, algo parecido acordó con el Madrid por Alberto Soro y por Jesús Vallejo, cuya cláusula eran seis millones.

Ahora tanto Francés como Francho y Azón se han convertido en jugadores importantes del primer equipo y JIM quiere contar con ellos la próxima temporada mientras el club quiere asegurarse bien su continuidad, bien poder una cantidad lo suficientemente importante por ellos. El resto de canteranos son casos y circunstancias bien diferentes, Lasure tiene contrato hasta 2022, Zapater hasta 2023, Carlos Nieto, Buyla y Baselga, hasta 2024.