Aunque el acuerdo entre los actuales rectores del Real Zaragoza y el grupo inversor integrado por los hermanos Álvarez del Campo y Kiko Domínguez se encuentra cerca de rubricarse, la complejidad de las negociaciones y la envergadura de la operación obligan a no descartar todavía a la otra opción que maneja el club desde hace semanas. Este otro grupo inversor, también español, permanece atento al desenlace de una operación que, en caso de no culminarse, les situaría en primera plana.

Poco se sabe de esta segunda vía más allá de que habría elegido una senda distinta para acometer las negociaciones y que, según ha podido saber este diario, podría contar con presencia conocida y estimada por el zaragocismo y un interesante proyecto deportivo. Al contrario que la opción encabezada por Domínguez y los hermanos, esta oferta sí habría elegido los cauces habituales para acometer una operación de semejante enjundia e, incluso, podría haber contactado con el Consejo Superior de Deportes (CSD), encargado de supervisar la procedencia del dinero en negociaciones de este calibre.

La opción, sin embargo, no sería la preferida por De Yarza, el encargado de gestionar el proceso, a pesar de que es la familia Alierta la que posee la mayoría del accionariado de la entidad. Al igual que en la otra opción, no hay capital aragonés en la oferta presentada.

En ambos casos, tal y como pubicó el jueves este diario, la operación se acometería a través de la adquisición de la mayoría de las acciones, es decir, la entidad cambiaría de manos y César Alierta dejaría de ser el máximo accionista

Aunque, a pesar de que el futuro dueño del Real Zaragoza parece estar entre esas dos alternativas, sigue sin estar descartada una tercera vía a la que se acudiría en caso de que ninguna de las dos negociaciones acaben fructificando. En ese escenario, el Real Zaragoza se abocaría a una refinanciación de la deuda, algo que si bien se sigue contemplando solo se llevaría a cabo en caso de que las dos opciones de venta acaben fracasando. En esa tesitura, los actuales propietarios del club permanecerían en él durante algún tiempo más. Aunque este extremo se antoja ahora muy poco probable.

Eso sí, el cambio de propietario, si es que acaba produciéndose, debe ser autorizado por el Consejo Superior de Deportes (CSD), que, para ello, se encarga de supervisar la procedencia del dinero con el que los compradores pretenden llevar a cabo la operación para hacerse cargo de la entidad. En principio, tanto la vía que parece destinada a alcanzar un acuerdo con la Sociedad Anónima como la alternativa cumplirían con los requisitos de solvencia y seguridad exigidos por la propiedad que todavía dirige el Real Zaragoza.