La semana que comienza este lunes ha de ser clave en el futuro del Real Zaragoza. A lo largo de los próximos días, los actuales propietarios del club tomarán una decisión definitiva acerca de las nuevas manos que regirán los destinos de la entidad a partir de ahora. No habrá más retrasos porque el tiempo apremia. Todo ha de quedar resuelto esta semana o, como muy tarde, la siguiente si es que el proceso se sigue dilatando. Este mes, el Real Zaragoza tendrá una nueva fisonomía aunque su nuevo rostro todavía está por ver.

Tras una semana de gran intensidad y alta tensión, el escenario actual muestra un club presidido por la división interna entre los consejeros, lo que repercute directamente en la elección de las vías existentes para dar paso a los nuevos propietarios. Por un lado, Fernando de Yarza López-Madrazo trajo hace meses al club una oferta procedente de un grupo inversor español, con sede en Barcelona y respaldado por varios fondos internacionales (europeos y latinoamericanos), integrada por los hermanos Álvarez del Campo (hijos del escritor y periodista asturiano Cándido) y el abogado barcelonés Francisco Kiko Domínguez. La cuantía económica a invertir estaría entre los 30 y los 50 millones de euros, incluyendo una señal que permitiría al club afrontar el pago de 480.000 euros que debe realizar a Hacienda antes del día 20.

Sin embargo, esta vía, que Yarza presentó en febrero, sigue sin ser considerada por la familia Alierta, propietaria de la mayoría de las acciones del Real Zaragoza y que aboga por apurar todas las opciones existentes antes de decantarse por la que consideraría la mejor para el club. Y en ese escenario surge, como ya avanzó EL PERIÓDICO, una segunda vía, que, aun sin haber concretado todavía su oferta, ya ha anunciado su intención de luchar por hacerse cargo del Real Zaragoza.

Las diferencias entre ambas alternativas son evidentes. Mientras una de ellas ha priorizado la negociación con la entidad antes de trasladar su oferta a LaLiga, la otra ha elegido el camino contrario. Además, mientras la vía respaldada por Yarza carece de cualquier figura representativa relacionada con el zaragocismo, la alternativa sí incluiría al menos una persona muy querida por el aficionado blanquillo, si bien la cantidad económica a aportar sería menor que la de la opción que, en estos momentos, parece más avanzada.

Mientras, el tiempo apremia y obliga a tomar decisiones rápidas. Los pagos obligados (14 millones de euros), la precaria situación de las arcas del club, que ha tenido que pedir un adelanto a LaLiga para satisfacer las nóminas de mayo, y la obligación de acometer cuanto antes el diseño de la nueva temporada, obligan a no demorar en exceso un proceso en el que la deuda (71 millones de euros de los que 50 son a terceros) adquiere una especial relevancia, así como la figura de César Alierta, que ha aportado, directamente o avalando a través de la capitalización de préstamos, 17 de los 22 millones asumidos por la Fundación Zaragoza 2032 desde su entrada, hace siete años, al Zaragoza.

Nada descartado

Así que el máximo accionista y su entorno tienen la última palabra. Y su intención es la de apurar hasta que la segunda opción cristalice, algo que, en principio, debería ocurrir en las próximas horas. Aunque desde el entorno de la familia Alierta no se descarta acabar vendiendo el club a la opción liderada por Domínguez y los hermanos Álvarez del Campo, que tienen previsto viajar el martes a Zaragoza para culminar la operación. «No voy a decir nada ni a hablar con nadie de esto. No quiero entrar a valorar nada», dijo ayer a este diario Domínguez, que se fijó en el Zaragoza después de no poder acceder al Málaga.

Pero, entre desconfianzas, recelos e incertidumbre, la actual propiedad está obligada a tomar una decisión. Unos y otros aseguran que su ciclo ha acabado y que es hora de dar un paso al costado tras haber conseguido, al menos, mantener en pie a la entidad a pesar de haber fracasado en el objetivo principal: el ascenso a Primera División. Pero falta por esclarecer en qué manos queda el Real Zaragoza, una incógnita que debe quedar resuelta en los próximos días.

En el recuerdo queda la llegada, in extremis, de la nueva propiedad, un 15 de julio de hace siete años, lo que obligó a construir una plantilla en apenas dos semanas con la presentación del primer fichaje a primeros de agosto, Entonces, el equipo rozó el ascenso. Ahora, el margen es algo más amplio, pero no demasiado.