El Real Zaragoza y Spain Football Capital tratan de acortar los plazos en el desembarco de la nueva propiedad y ambas partes estaban valorando la posibilidad de no firmar un contrato de compraventa privado sino acudir directamente al notario cuando se cierren todos los pormenores de la negociación, aunque salvo giro inesperado esto no va a ser posible y va a haber que cumplir los plazos y el desembarco definitivo no llegaría hasta julio. La reunión que estaba prevista entre las dos partes a finales de esta semana, concretamente para este jueves, o a más tardar mañana viernes, no se va a realizar y los abogados de ambas sociedades han estado examinando la documentación, en la que restan detalles menores, según se asegura en el Zaragoza, si bien la parte compradora no manifiesta una visión tan optimista.

La reunión donde se debe sellar definitivamente el pacto llegará la próxima semana para, según se explica, cuadrar todas las agendas. El cierre de la contabilidad de mayo está entre las partidas que faltan por comprobar aún y también ha habido diferencias en los últimos días en cuestiones que se consideran menores, con la cuantía de los intereses a asumir en algunos.

En el plan establecido, la idea era firmar un contrato privado de compraventa y en un límite de tres semanas acudir al notario para firmar toda la documentación, pero ahora se quería saltar el primer paso y rubricar ya la operación en una notaría, para que el desembarco no se vaya hasta julio, algo que no va a ser posible tras las consultas realizadas por las dos partes. Además de que también es necesario el visto bueno por parte del Consejo Superior de Deportes (CSD). En la sociedad que lideran el abogado barcelonés Kiko Domínguez y los hermanos Álvarez del Campo participan inversores europeos y latinoamericanos, de diferentes países, entre los que está México, pero no se trata de un inversor solo de ese país. En el papel que juega Kiko Domínguez también hay diferencias, ya que por un lado se asegura que solo gestiona la venta y la lidera como abogado y por otro que el empresario barcelonés también va a aportar capital.

La opción de Spain Football Capital, que llegó al club de la mano del consejero Fernando de Yarza López-Madrazo, comenzó los primeros contactos en diciembre, aunque cobró velocidad de crucero a partir de febrero. El club ha tenido en las últimas semanas una segunda vía, que era la preferida por la familia Alierta, que son los máximos accionistas , pero esa opción ha ido perdiendo fuerza y parece ya descartada.

Las claves económicas

La oferta de Spain Footbal Capital incluye una inversión que ronda los 50 millones de euros, de los que 30 irían destinados a aumentar el límite salarial en las próximas tres temporadas, mientras que el resto serían para abonar las deudas más inminentes que tienen vencimiento a 30 de junio, unos 4,3 millones, el convenio de acreedores, de 2,47 millones tras el visto bueno a la modificación aprobado por la jueza tras lograr el club las adhesiones, y el inminente pago a Hacienda que hay que hacer con fecha del 20 de junio y que es de 480.000 euros, además de para comprar las acciones de la actual propiedad. El grupo comprador adquiere, en la idea original que se maneja, la totalidad de las acciones que pertenecían a la Fundación en un primer momento aunque ya están desde hace varios años a título personal de los patronos. Un 50,56% las controlan César Alierta, a través de su sociedad Prado de Altaoja, y su sobrino Fernando Sainz de Varanda, mientras que la familia Yarza, Juan Forcén y Carlos Iribarren tienen un 13,46% cada uno. 

En teoría todos los patronos de la Fundación se van en esa operación de venta del club, aunque es factible que se quede Fernando de Yarza López Madrazo en los próximos meses para facilitar el traspaso de poderes. La compra de ese 91% implica ya más de 6 millones de los 6,361 que tiene el Zaragoza como capital social y a eso hay que añadir los 3,5 millones de César Alierta en un préstamo participativo personal del que ya capitalizó 1,8 millones en 2019 para tener la mayoría accionarial.