La angustiosa situación económica que vive el Real Zaragoza, con la vital inyección de capital que supone el desembarco de la nueva propiedad, representada por Spain Football Capital, que aún no dio el último 'OK' a su llegada al club, que se espera para esta semana, y la alternativa de otra vía que negocia con la familia Alierta y que aún no está del todo descartada, tiene muchos reflejos con ver solo el balance de cuentas de la entidad, pero uno de los más claros se contempla en el informe que los tres administradores concursales remitieron a la jueza del Juzgado de lo Mercantil Número 2, María del Carmen Villellas, para que admitiera a trámite en abril la modificación del convenio ya aprobada el pasado jueves. En él, se asegura que la SAD prevé realizar traspasos por valor de 17,2 millones de euros en las dos próximas temporadas, en la 21-22, la que va a comenzar ahora, y en la siguiente, la 22-23, en el marco del plan de viabilidad que suponía la aprobación del nuevo convenio que se ha logrado.

“Respecto a los recursos generados por enajenaciones de jugadores y especialmente en  las temporadas 21-22 y 22-23 se espera poder mantener la gran capacidad de venta de las temporadas 19-20 y 20-21 en las que se obtuvo un resultado conjunto de 13,38 millones  de euros. La previsión de estos resultados contemplada para las temporadas 21-22 y 22-23 es de 17,2 millones euros, lo que supone un total de 30,58 millones en cuatro temporadas”, asegura el informe presentado por los administradores Andrés Jiménez, Carlos Terreu y Jorge Aso, en el que además se advierte que “el cumplimiento de esta parte del plan de viabilidad presenta mayores riesgos ya que depende del éxito en la consolidación de jugadores de la primera plantilla, y de la evolución del mercado”. Es decir, que salvo entrada de nuevo capital, la SAD está obligada a vender por esa cifra, ya que los actuales máximos accionistas no van a aportar más músculo económico.

Soro y Guti, dos de los jugadores del Zaragoza traspasados, en un partido con la elástica blanquilla. ÁLVARO RIVERO

El Zaragoza, en los últimos dos años, ha traspasado a Soro, al Real Madrid (2,5 millones), a Pep Biel, al Copenhague (4 millones al no cumplirse los objetivos por no llegar a Champions), a Guti, al Elche (5) o a Pombo, al Cádiz (1,2), además de partidas menores como las salidas de Verdasca al Beitar Jerusalen o del cadete Mateo Mejía al Manchester United. Por ahí salen los 13,38 millones en traspasos desde el verano del 2019, pero en el mercado que ahora comienza la necesidad es aún mayor porque los pagos apremian de una manera más importante. Ahora mismo, el Zaragoza asume la salida de Juanjo Narváez, incluso con la llegada de la nueva propiedad, ya que el punta desea jugar en Primera, pero con sus actuales urgencias, que al menos serían de la mitad de esos más de 17 millones, aunque dado el momento tan delicado de las arcas sería necesario hasta más, tanto Francho Serrano como Francés deberían ser traspasados, teniendo en cuenta que el mercado no es el mismo que el de otros años por los efectos de la pandemia en esta última temporada. Chavarría o Bermejo son otros jugadores por los que se puede obtener un traspaso, aunque de mucha menor cuantía que por los tres antes citados.

El Zaragoza, tal y como publicó este diario el 17 de marzo, tiene un 38,5% de su deuda posterior al concurso de acreedores y una parte importante posee vencimiento a 30 de junio. En concreto y sin contar el pago del convenio de acreedores, fijado tras la modificación en 2,47 millones, y el de la deuda histórica con Hacienda, que lleva sus plazos mensuales y que ahora está en algo más de 10 millones a pagar antes de 2023, tiene que abonar en el plazo de 11 días 4,32 millones de euros. En ellos se incluyen indemnizaciones pendientes, en concreto 906.334 euros de la temporada 16-17, el pago del corriente de Hacienda, las deudas con servicios jurídicos del club, con agencias o los intereses en créditos obtenidos en la anterior etapa con Agapito Iglesias. Y en esa cifra no se cuentan los últimos pagos de la temporada a jugadores y cuerpo técnico.

El déficit de caja de esta temporada ronda los 14 millones de euros y la necesidad de esa inyección económica es más vital que nunca porque en el curso que acaba de finalizar también se han reducido los ingresos por abonos y han sido cero los de taquillas. El Zaragoza, ahora mismo y sin esa inyección económica que llegue desde fuera, partiría con un límite salarial mucho más bajo que el que tuvo en la 20-21, donde fue el octavo de Segunda, con 8,8 millones, reducido en 300.000 tras la actualización de enero. Los traspasos que se hicieran serían los que podrían elevar esa cantidad. Mientras, desde la propia SAD se asegura que la llegada de esa nueva propiedad representada por Spain Football Capital supondría el desembolso de unos 50-55 millones, de los que unos 30 irían destinados a aumentar el límite salarial en los tres próximos años.

Además, en esa asfixia económica que vive el club, la aprobación del nuevo convenio de acreedores va a suponer que el Zaragoza este 2 de julio se ahorre 740.000 euros, entre los 3,20 millones que tenía que abonar en esa fecha y los 2,47 que hará ahora al diferir el pago hasta 2030. De hecho, en los pagos hasta 2025 supone diferir más de 9 millones. Además, el desembolso se suspendería si el club no ha satisfecho por completo el pago a sus acreedores ordinarios y esa suspensión se prolongaría durante el tiempo en que el equipo permaneciera en Segunda B (actualmente Primera RFEF), con un máximo de cinco temporadas consecutivas o alternas.  Si, en cambio, el Real Zaragoza consigue al fin el ansiado ascenso de categoría, la cantidad a desembolsar se incrementaría a un 20% de los créditos pendientes.