Tras su abrupta salida en octubre de 2014 del filial zaragocista, a las pocas semanas de llegar la todavía actual propiedad, Emilio Larraz (Zaragoza, 18-2-68) regresa al club para tomar las riendas del Deportivo Aragón por tercera vez, con las heridas ya cicatrizadas y con el objetivo del acenso a la Segunda RFEF en un retorno que vive cargado de ilusión.

--Es su tercera etapa en el filial, ¿cómo la afronta?

--Lo primero es la satisfacción por el hecho de que por tercera vez el club te permita trabajar con ellos. No es algo muy habitual en el fútbol, pero también me siento orgulloso en mi trayectoria de haber repetido muchas veces en los clubs en que he estado, señal de que algo bueno dejas si vuelven a llamarte.

 --Viene de Segunda B, del Racing de Ferrol y ahora baja mucho de categoría. No es muy normal dar ese paso atrás.

--Bueno, el Ebro ya lo dejé en Segunda B también y me fui a dirigir a un equipo en Tercera, que quizá no se entendió como un paso adelante pero yo vi claro que entrenar a un club de la exigencia del Racing de Ferrol lo era y el tiempo me dio la razón. Ahora, cuando peleábamos por ascensos a Segunda, se terminó esa etapa allí y vuelvo a lo que era antes la Tercera, pero es que dirigir al filial del Zaragoza, formar parte de esa estructura, nunca se puede considerar dar un paso atrás.

"Dirigir al filial del Zaragoza, formar parte de esa estructura, nunca se puede considerar dar un paso atrás"

 --¿Su salida en el 2014, por cómo se produjo, le dejó una espina clavada?

--Lo tengo olvidado, cuando sumas experiencias en el fútbol y en la vida hay muchas veces que las cosas no salen por situaciones que no controlas. Lo que valoro es que mi salida no fue por decepcionar al club por mi capacidad de trabajo sino por cosas ajenas al fútbol que están olvidadas y que forman parte del pasado.

 --Pero fue una salida traumática que envolvía un conflicto con algunas personas que estaban en el club. ¿Entendía que iba a tener la oportunidad de volver?

--Sinceramente, pensaba que no iba a volver nunca. Era la segunda vez que salía del club y lo tomaba como que por unas razones u otras no había tenido suerte en mi casa. En la primera vez no se me renovó el contrato por la llegada de Juan Esnáider y en esta ocurrió ese accidente que me sacó fuera. Tenía la espina clavada de no haber podido salir mejor del Zaragoza, pero futbolística y profesionalmente creo que se tuvo una buena sensación de mí y por eso agradezco la vuelta, me reafirma en que fueron circunstancias que me sacaron del club dos veces pero que dejé esa huella positiva que se me ha reconocido.

"Salí de los campos de tierra de Agustinos y durante muchos años me ganaba la vida en otros oficios. Ahora, soy profesional del fútbol porque me gano la vida con esto"

 

--Pero se le está resistiendo el salto al fútbol profesional.

--Salí de los campos de tierra de Agustinos y durante muchos años fui un entrenador aficionado mientras me ganaba la vida en otros oficios. Ahora, en los últimos 12 años, soy profesional del fútbol porque me gano la vida con esto y ese era mi objetivo. He conseguido eso, algo que no es fácil, y lo que quiero es llegar lo más arriba posible, no ya por un tema de ambición desmedida sino porque al retirarme me sienta orgulloso de mi trayectoria.

 --En su currículum tiene cuatro ascensos a Segunda B, con Sariñena, La Muela, Aragón y Ferrol. ¿Es un especialista?

--A nivel nacional no hay demasiados compañeros que hayan tenido esa suerte y puedan decir eso. De hecho, uno de los puntos que me valoró el Ferrol fue ese. Para el Aragón es importante buscar ese ascenso porque con la reestructuración te has quedado en una categoría muy baja en relación a lo que englobaría la Segunda B. Y el producto de esta cantera es lo suficientemente bueno para que intentemos que los jugadores de la cantera estén más cerca del fútbol profesional.

 --Su Aragón va a tener mucha base del juvenil que tocó la gloria hace dos años, salvo Francés, Francho o Azón, que ya están arriba. ¿Eso es una garantía?

--Va a ser un equipo muy joven, extremadamente joven, para la categoría, pero en la Ciudad Deportiva creemos en el producto que sale de allí. No va a ser fácil, pero tenemos la seguridad de que tienen capacidad para lograr el ascenso y vamos a ir a por ello.

 --¿La cantera está viviendo uno de sus mejores momentos de su historia o solo es que ahora es mucho más visible por la situación del club?    

--Yo me he criado en esa Ciudad Deportiva y siempre la he defendido, una postura que también tienen los actuales dirigentes, Ramón Lozano y Ángel Espinosa, ya que nos conocemos desde hace décadas. Estamos convencidos de que ese producto siempre fue bueno, pero muchas veces al estar el Zaragoza en la élite y al máximo nivel parecía que estaba muy distante el potencial de la cantera con el que requería el primer equipo. Pero siempre he creído en el potencial que había en esta ciudad, en esta región, es imposible que si se cree en esta cantera por número de habitantes no haya una buena cantidad de chicos para nutrir al Zaragoza si hay voluntad para trabajar con ellos y después para ser valientes a la hora de ponerles.

"Ahora los canteranos se van por necesidad económica y en otros tiempos lo hacían porque no se creía en ellos. Y el producto era igual de bueno"

 --La pena es que ahora salen y se tienen que ir traspasados. Soro, Vallejo, Guti…

--Pero se van por necesidad económica y en otros tiempos lo hacían porque no se creía en ellos. Y el producto era igual de bueno. Muchos jugadores aragoneses han tenido que buscarse la vida fuera de aquí, nos hemos tenido que oír frases como que Aragón no es tierra de futbolistas y cosas de ese tipo. Sin embargo, cuando la necesidad nos ha hecho tirar de ellos se ha demostrado que esta tierra es tan buena para dar jugadores como cualquier otra del mundo o mejor.

 --¿El proceso de venta del club le condicionó en su decisión cuando le llamaron?

--No lo tomé en cuenta, de verdad. Cuando me llaman, como profesional y padre de familia responsable, pregunté por ese rumor que había. Lo que se me transmitió es que ese proceso de venta no influía para nada y que el club seguía para delante, que yo me comprometía con el Real Zaragoza y que como entidad iba a seguir, sin entrar en más detalles.

El nuevo técnico del Deportivo Aragón da instrucciones a sus futbolistas. JAIME GALINDO

 

--¿No le influyó pues?

--Yo confío plenamente en eso, en lo que se me ha transmitido, en que independientemente de quién se haga cargo de la entidad las decisiones que se han tomado son por el bien del Zaragoza y que lo que funciona bien, como lo está haciendo la cantera, continuará para delante.

 --¿Cómo ha visto a Juan Ignacio Martínez?

--He tenido solo algún encuentro puntual con él, porque yo he estado muy ajetreado con traslados y con ponerme al día, pero estoy deseoso de ponerme a su lado, de estar cerca de un gran profesional del fútbol, con muchas experiencias vividas y un recorrido muy amplio. Creo que el año pasado hizo un trabajo absolutamente milagroso, salvar al equipo por cómo estaba y de la forma que lo hizo solo cabe verlo así. Estar cerca de él supone hacerlo de alguien del que se aprende mucho.

"¿Dirigir al primer equipo? Tenemos que ser adultos y responsables para saber cuál es nuestro lugar en el club y estar siempre preparados para ayudar y para sumar"

 --El entrenador del filial, y usted ya lo ha vivido, supone estar con la opción de coger al primer equipo, normalmente si las cosas vienen mal dadas. ¿Piensa en ello?

--Creo que eso hay que gestionarlo con la mayor profesionalidad posible, tenemos que ser adultos y responsables para saber cuál es nuestro lugar en el club, nuestro eslabón en esa estructura de cantera y estar siempre preparados para ayudar y para sumar. En eso es en lo único que hay que pensar con la mayor madurez y profesionalidad.