Casi 35 grados recibieron al Zaragoza este jueves, en su autobús habitual, si bien los auxiliares y parte del cuerpo técnico viajaron al margen, pasadas las cinco de la tarde en el Hotel Thalasia, el cuartel general en esta estadía murciana y pegada a Alicante que arrancó con el mercurio disparado y que acabará el 30 de julio. Nueve días, junto al Mar Menor, en el parque Regional Salinas de San Pedro para profundizar conceptos con el equipo en pañales, con muchos cambios en perspectiva, y en unas instalaciones de lujo, en el Pinatar Arena Sport Center, junto a El Mojón y la playa, con una leve brisa que hace más llevadero el fuerte calor.

Este jueves, a la misma hora que el Zaragoza estiraba las piernas en una sesión de recuperación tras el largo viaje, se disputaba a 20 metros un Lyon-Villarreal, un partido de Champions League en la práctica en el estadio de esas instalaciones y con el Zaragoza, en una realidad mucho más prosaica entrenando justo al lado.

Los jugadores zaragocistas se refrescan durante el entrenamiento. CARLOS GIL-ROIG

JIM conoce perfectamente este centro, fundado en 2013 y en el que ha estado con el Valladolid, con los equipos que dirigió en China (el Shanghai Shenxin y el Meizhou Meixian) o con el Al Arabi de Catar y la estancia en este complejo es un deseo personal suyo que permitirá al equipo enfrentarse a rivales de nivel, el Elche este sábado, el Valencia el miércoles y el Atromitos heleno, el enemigo de menor enjundia, el último día del stage, aunque la lástima es que el Zaragoza lo vaya a hacer con muy poca forma real de lo que espera en la Liga, con al menos siete fichajes más y como mínimo cinco salidas. 12 cambios que transformarán la cara de este Zaragoza ralentizado por el eterno proceso de venta de la propiedad.

Pero el Zaragoza arribó así a su 'stage', donde le esperaban dos aficionados venidos de Onteniente y con Zapater como su ídolo y lo hizo cargado de trabajo en sus maletas, aunque la primera sesión, en el campo 3 del complejo fue suave, como no podía ser de otra manera. En ella, Luis Carbonell trabajó con mayor suavidad tras el golpe sufrido el martes en Calahorra, mientras el centro deportivo se empezaba a preparar para algo de ocio nocturno, que para todo da este tremendo escenario.

Zapater firma su camiseta a unos aficionados venidos desde Onteniente. CARLOS GIL-ROIG

Cristian, Ratón (que viajará más tarde con permiso por motivos personales, al haber sido padre), Jair, Francés, Juanjo Narváez, Adrián, Vuckic, Ros, James Igbekeme, Chavarría, Íñigo Eguaras, Nieto, Alberto Zapater, Bermejo, Larrazabal, Fran Gámez, el único fichaje hasta ahora, Francho Serrano e Iván Azón componen la expedición, además de los jugadores del Aragón Acín, Ángel, Pablo Cortés, Carbonell, Javi Hernández, Castillo y Puche. En total, 25 futbolistas, pero 18 solo del primer equipo y siete del filial, lo que da una idea de la profunda reconversión que aún debe vivir este Zaragoza y lo mal que ha llegado en la confección de su plantilla a la fase decisiva de la preparación, un hándicap que se puede pagar a lo largo de la temporada.

Un hervidero de fútbol

Estos días en el Hotel Thalasia y en otros cercanos son un hervidero de futbolistas. Por aquí están el Villarreal, el Lyon, el Atromitos, el Rennes o el Levante, además del Al Ain de Emiratos, el equipo más poderoso de Asia, el que más estancia prolongada va a tener y el que asistió por cierto a la llegada del Zaragoza mientras esperaba para irse a entrenar. Han estado el Sevilla y el Elche, se espera el lunes al Valencia del primo de JIM, Pepe Bordalás, también va a venir en breve el Tenerife, además de los equipos murcianos que suelen entrenar y jugar aquí algunos partidos de pretemporada, el UCAM, el Murcia o el Cartagena, o varias selecciones femeninas (Rusia, Brasil o Finlandia) que hace pocos días levantaron su cuartel general de aquí. Calor y fútbol, a raudales además.  

Con Fran de Paula y Mariano Sánchez como gerentes, el complejo deportivo se inauguró en 2013, con unas instalaciones específicamente diseñadas para poder acoger concentraciones de equipos profesionales, atendiendo de forma integral todas sus necesidades. Cuenta con 10 campos de hierba natural de dimensiones reglamentarias, además de uno de fútbol-7, incluyendo un estadio para 3.500 espectadores donde ayer el Lyon y el Villarreal se midieron.

Juanjo Narváez, a su llegada al hotel de concentración. CARLOS GIL-ROIG

En estos últimos ocho años, las instalaciones de Pinatar Arena han acogido cerca de 600 concentraciones, incluyendo las organizadas por asociaciones como la RFEF, la federación inglesa, las de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Colombia, Japón o Australia, entre muchas otras; o equipos como el Borussia Dortmund, Sevilla y Betis, Lille, Zurich, Newcastle, Zenit o Shaktar.