La opinión de Sergio Pérez

El Zaragoza muy competitivo de JIM

Álvaro Giménez, de momento el fichaje estrella, en su presentación con una bufanda del Real Zaragoza.

Álvaro Giménez, de momento el fichaje estrella, en su presentación con una bufanda del Real Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Zaragoza

Era 19 de julio y el Real Zaragoza permanecía prácticamente inmóvil con los entrenamientos de pretemporada ya comenzados. A esas alturas, el club solo había cerrado la contratación de Fran Gámez para el lateral derecho, un movimiento de emergencia ante la lesión de larga duración de Vigaray. El resto del equipo continuaba con un aspecto bastante esquelético. Ese día Juan Ignacio Martínez tomó la palabra para hacer repaso del estado de las cosas y, con casi todo el trabajo por hacer y cierto descreimiento general, aventuró lo que esperaba: "El Zaragoza va a tener un equipo supercompetitivo”, dijo.

En la previa del partido contra el Valladolid, segunda jornada de Liga, la plantilla tiene una apariencia muy distinta: la línea defensiva está apuntalada con el fichaje de Lluís López en propiedad tras la espantada de Peybernes, el mediocentro cuenta con otra pieza con físico de altura (Petrovic) y para el ataque el club ha firmado en régimen de cesión a Álvaro Giménez, soñando con que replique sus actuaciones de la temporada 18-19 en el Almería, y a Borja Sainz, un futbolista joven, vertical y veloz cuya misión será descerrajar defensas. El técnico aún espera dos estiletes ofensivos más.

Un mes después de aquella comparecencia pública en la que JIM arriesgó con su predicción, el entrenador ha vuelto a tomar la palabra esta mañana de jueves. Con el equipo mucho mejor armado, repitió su discurso. “Ahora mismo la plantilla es muy competitiva. Los jugadores que han venido pueden ser titulares ya”. En medio de una situación institucional grotesca y perfectamente evitable, el Real Zaragoza está firmando un buen mercado de verano. Seguramente, la calidad de los fichajes está algo por encima de las expectativas que se habían puesto en ellos en un escenario tan extravagante como el que vive la Sociedad Anónima. Futbolistas reconocibles, con cara y ojos y una cotización media, interesante. Sin baratijas ni excentricidades. Sobre el papel, que lo aguanta todo, competitivos.

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